Adiós a la austeridad republicana

Mathieu Tourliere

En 2022 las secretarías de Estado del gobierno de Andrés Manuel López Obrador gastaron 343 mil 47 millones de pesos adicionales a los que tenían presupuestados; de este monto extra, 90% fue absorbido por la construcción del Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, así como por atribuciones adicionales a las secretarías de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y de la Defensa Nacional (Sedena).

En su cuarto año de gestión, el gobierno de López Obrador utilizó este excedente para disparar el gasto en sus políticas prioritarias, entre las cuales destacan sus megaproyectos de infraestructura ya mencionados –y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA)–, el apoyo a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex, las labores de contención migratoria, el reparto de programas sociales y el reforzamiento de la Comisión Nacional del Agua.

En contraste, algunos sectores reportaron gastos inferiores a los que la Cámara de Diputados aprobó en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF); entre ellos destacan el Poder Judicial, el sector Salud –incluyendo el programa IMSS-Bienestar–, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y la de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, la Fiscalía General de la República (FGR) y las entidades no sectorizadas.

De acuerdo con el informe anual de Finanzas Públicas que la SHCP entregó a la Cámara de Diputados, el gobierno federal recibió 422 mil 462 millones de pesos de ingresos adicionales a los previstos en el PEF. Cuando elaboró el presupuesto de 2022, la SHCP minimizó ciertos ingresos, especialmente los petroleros, y los excedentes ofrecieron a la administración de López Obrador una enorme cantidad de dinero que pudo gastar de manera discrecional.

Así, en 2022 el gobierno federal había etiquetado 64 mil millones de pesos para el Tren Maya. Sin embargo, bajo la presión de López Obrador para terminarlo en diciembre de 2023, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo terminó gastando cerca de tres veces más: 178 mil 651 millones.

Sumando este monto a los 48 mil millones de pesos gastados en el megaproyecto en 2021 y 2020, y a los 144 mil 662 millones etiquetados para 2023, el Tren Maya tiene actualmente un costo de más de 371 mil millones. En 2018 el mandatario aseguró que el megaproyecto saldría en 120 mil millones de pesos y se inauguraría en marzo de 2023, lo que nunca fue tomado en serio por los especialistas del sector.

Lo mismo sucedió con la Refinería de Dos Bocas, a cargo de la Secretaría de Energía (Sener), encabezada por Rocío Nahle García.

Desde el arranque del sexenio la Sener ha inyectado cientos de miles de millones de pesos en Pemex para financiar la construcción del megaproyecto, cuyo costo final ya rebasó por mucho los 8 mil millones de dólares que prometió López Obrador en un principio.

Este océano de dinero se vio reflejado en los sobregastos sistemáticos que ha reportado la Sener desde el arranque de la administración: entre 2019 y 2022, la dependencia gastó 690 mil 148 millones de pesos, de los cuales 520 mil millones (75%) no estaban incluidos en los sucesivos PEF.

Sólo en 2022 la Sener tenía aprobados 46 mil 725 millones de pesos, pero gastó cuatro veces más: 190 mil 999 millones. El gobierno explicó el sobregasto por la existencia de “erogaciones para el fortalecimiento de Pemex y en la investigación y desarrollo tecnológico en materia petrolera”.

Prioridades

Uno de los incrementos más importantes del gasto, en términos proporcionales, se observó en el Instituto Nacional de Migración, dependencia que tenía asignado un presupuesto de mil 763 millones de pesos en el arranque del año pero terminó gastando 6 mil 173 millones, 350% más.

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