Morenistas contra el “comportamiento delictivo” de “El Químico” Benítez

Álvaro Aragón Ayala

“El Químico” Benítez Torres invierte millones de pesos del presupuesto público en beneficio de magnates hoteleros sepultando la doctrina “primero los pobres”. Los servicios de agua potable y drenaje en las zonas habitadas por familias humildes y clasemedieras son un asco, extremadamente deficientes. Los programas de desarrollo urbano priorizan los predios deshabitados propiedad de hoteleros y dueños de empresas inmobiliarios.  

ooo 

Desde su primera incursión como alcalde de Mazatlán, Guillermo –El Químico- Benítez Torres se desvió y olvido la plataforma ideológica de Morena y comenzó a atentar contra el proyecto municipal de la Cuarta Transformación con la práctica del saqueo del erario público y la utilización del presupuesto público en beneficio de una élite económica rapaz.   

La corrupción como práctica constante del “Químico” Benítez, es combatida por morenistas, activistas sociales y ex funcionarios de la 4T. No es una batalla nueva. Data del anterior trienio; los latrocinios se extendieron hasta la actual gestión municipal. El morenista Luis Antonio Aguilar Colado, ex titular de la Dirección de Asuntos Jurídicos del ayuntamiento, dibuja con exactitud el “comportamiento delictivo” del alcalde mazatleco. 

A la cruzada contra la corrupción y a la falta de transparencia y rendición de cuentas en Mazatlán se han sumado organismos civiles, como Observatorio Ciudadano, y agrupaciones sociales, el diputado de Morena Juan Torres Navarro y regidores del Partido Sinaloense. Todos exigen cese al robo del presupuesto y transparencia en la función pública.   

En el trienio 2019-2021, las voces de los morenistas y de líderes sociales no fueron escuchados por la LXIII del Congreso Local dominado por Quirino Ordaz Coppel. La titular de la Auditoría Superior del Estado, Emma Guadalupe Félix Rivera, se pasó “por el arco del triunfo” las denuncias de corrupción y nepotismo que se enderezaron contra el alcalde Benítez Torres. 

Sobre el presidente municipal obran actualmente más de 10 denuncias –dos ante la Fiscalía General de Justicia- principalmente por la compra directa de 2 mil 139 lámparas por 400.8 millones de pesos. El antecedente es ominoso: en el 2020, la Auditoría Superior del Estado simuló practicar una investigación a “El Químico” Benítez por la compra de 118 lámparas en 21 millones 900 mil pesos. 

En el ayuntamiento mazatleco la “corrupción es verdadera”. Las denuncias suben de tono. El caso de las lámparas LED compradas a precio de oro es solo la punta de la madeja de una serie de pillajes que le han sido solapados al alcalde, popular por sus francachelas públicas y privadas con cargo al presupuesto municipal. 

Durante los primeros 7 meses -del trienio 2019-2021-, “El Químico” Benítez tomó la decisión de no gobernar con Morena e integró a su gabinete a una mezcla de panistas-feltonistas-higueristas con registros en la ASE y el Tribunal de Justicia Administrativa. Desplazó a sus compañeros morenistas que denunciaron actos de corrupción al renunciar o ser despedidos de la administración. 

Casi de inmediato, el alcalde de Mazatlán mandó al demonio la doctrina “primero los pobres” y alineó los proyectos de inversión municipal, orientado por el entonces gobernador Quirino Ordaz Coppel, a la “urbanización” y embellecimiento de la “zona dorada” para beneficiar a hoteleros y restauranteros, marginando de la prestación de los servicios públicos al grueso de la población.  

Mientras aumentaba inversión en el casco turístico-hotelero-restaurantero, incrementando así la plusvalía y el atractivo de los negocios de Quirino Ordaz y sus amigos, migajas del presupuesto municipal fue destinado a simular la atención gubernamental a sectores donde habitan las clases medias y los pobres de Mazatlán. Los servicios públicos colapsaron. Reventaron. 

Cientos de millones de pesos son inyectados a la pavimentación de calles o a la construcción de infraestructura para “conectar” áreas baldías con las zonas hoteleras y restauranteras. Los predios vacíos son propiedad de latifundistas urbanos o de conocidos hoteleros o empresarios de bienes inmobiliarios. El negocio es redondo.    

Desde el trienio pasado, “El Químico” Benítez ha venido violando flagrantemente las leyes. Obstaculizó y después difamó, persiguió y amenazó quien fuera Síndico Procurador, Elsa Elisa Bojórquez Mascareño, quien documentó y denunció ante el Congreso Local actos de abuso de autoridad, acoso laboral y sexual, violencia de género, desvíos de fondos públicos, nepotismo y violencia contra periodistas de distintos medios de comunicación por parte del alcalde. 

En la presente administración, regidores del PAS interpusieron una denuncia penal en la Fiscalía General de Justicia contra el ‘Químico’ Benítez; presentaron prueban por el “caso de las lámparas LED”. Son cuatro los probables delitos que señalaron contra el alcalde: ejercicio indebido del servicio público, desempeño irregular de la función pública, abuso de autoridad y coalición de servidores públicos.  

La denuncia pasista se sumó a otras 10 que obran contra el presidente municipal. Gustavo Rojo Navarro, director del Observatorio Ciudadano de Mazatlán, y David Librado Díaz Morales, asesor jurídico de los ex directores del Instituto de Cultura, Marsol Quiñonez y Óscar Blancarte, están en espera de que el Congreso Local y la Fiscalía General de Justicia actúen contra el munícipe. 

David Librado Díaz dice que una de las querellas, la número 5/2019, duerme el sueño de los justos en la Fiscalía Anticorrupción en Culiacán; tiene ya tres años ahí, en sueños. “Se ha hablado con los fiscales (…) y ninguno de los fiscales ha podido ni ha querido seguir la investigación”, agrega. La denuncia es por fraude, abuso de confianza y desvío de dinero en contra de Benítez Torres y del director del Instituto de Cultura, Miguel Ángel Tostado Quevedo. 

Observatorio Ciudadano mantiene vivas 10 denuncias contra “El Químico” Benítez, seis corresponden al tema de la compra de las 2 mil 139 luminarias a la empresa Azteca Lighting, S. A. de C. V. por adjudicación directa por 400.8 millones de pesos; una denuncia más es por irregularidades encontradas en el Instituto de Cultura, otra más por el nombramiento irregular que se hizo del actual titular del Órgano Interno de Control, Rafael Padilla Díaz.  

Otra denuncia es por el otorgamiento del terreno del antiguo aeropuerto al Grupo Arhe por la deuda millonaria que ocasionó al ayuntamiento un litigio que sospechosamente perdió la comuna para beneficiar a los hermanos Arellano Hernández; y por último la compra de una camioneta que hizo en 2019 con un valor superior al millón de pesos, en la que el presidente municipal suele a acudir a sus fiestas de amigos. 

Un retrato hablado, esbozado por el abogado de filiación morenista, Luis Antonio Aguilar Colado, ex titular de la Dirección de Asuntos Jurídicos del ayuntamiento de Mazatlán, describe el “comportamiento delictivo y cargado de impunidad” del presidente Guillermo Benítez Torres, que pasará a la historia -delinea- “como el más corrupto, voraz y cínico de los alcaldes mazatlecos”.

Share

You may also like...