Las cinco estaciones del fin del PRI; de Echeverría a Alito

Carlos Ramírez

Mientras el presidente nacional priísta Alejandro Moreno Cárdenas Alito y el gobernador oaxaqueño saliente Alejandro Murat Hinojosa están jaloneándose los restos del partido para apartar desde ahora la candidatura presidencial del 2024 con tendencias de voto menores a 15%, el PRI avanza a dos derrotas inevitables: Oaxaca e Hidalgo.

Las dos plazas representaran nuevas caídas electorales que significarán la pérdida de posiciones territoriales importantes, aunque la parte fundamental radica en los mensajes nada subliminales: los Murat terminan el dominio priísta en Oaxaca y a lo largo de tres y medio años el Murat Jr. convirtió a su Gobierno priísta en una sucursal de Morena y el presidente López Obrador.

El caso de Hidalgo ilustra los enredos oligárquicos en los que ha caído del PRI: la candidata Carolina Viggiano es esposa de Rubén Moreira, quien, con un par de días de diferencia, le cedió a su esposa la Secretaría General del PRI, pero Viggiano no llegó Hidalgo como candidata del PRI, sino nominada por el PAN como producto de los acuerdos de la alianza opositora.

La tendencia hacia la derrota de Viggiano aparece con un contexto de complicaciones políticas: el exgobernador coahuilense Humberto Moreira, hermano de Rubén, denuncio al matrimonio Moreira-Viggiano como profesionales del fraude electoral; y por si fuera poco, la derrota del PRI-Viggiano-Moreira en Hidalgo perfilaría un colapso en las élites priístas de Coahuila donde votarán por nuevo gobernador el año próximo, en medio de un desmoronamiento del poder político priista en la entidad.

El hundimiento del presidente priísta Moreno Cárdenas no es más que la consecuencia de la acumulación de contradicciones y abandonos y la ausencia de algún grupo priísta hegemónico: Salinas de Gortari se mueve en la oscuridad del poder y Enrique Peña Nieto permanece exiliado en España. En este contexto, la participación del PRI en la alianza opositora fue tomada por el exgobernador oaxaqueño José Murat Casab, quien operó las maniobras para que Alito llegará al PRI con la consigna de preparar la candidatura presidencial de su hijo Alejandro Murat Hinojosa.

Las pérdidas casi seguras de las gubernaturas de Hidalgo y Oaxaca y las dificultades para mantener Estado de México y Coahuila dejarían el PRI con cero gubernaturas, aunque con varios aspirantes a la candidatura presidencial priísta que ya han levantado la mano.

El camino ineluctable del PRI hacia su colapso final en 2024 ha debido de pasar por cuanto menos cinco estaciones políticas de disputa por el poder:

1.- En 1975, el presidente Luis Echeverría rompió el ritmo político del partido para imponer como candidato presidencial a José López Portillo, un amigo de la infancia que carecía de formación política en el PRI y que a su vez le entregó el poder al tecnócrata Miguel de la Madrid Hurtado como principio del desplazamiento de los políticos por los economistas.

2.- En 1987 Salinas de Gortari culminó la captura del PRI para beneficio de la clase tecnocrática neoliberal y provocó la fractura del partido con la salida de Cuauhtémoc Cárdenas, entregando el aparato partidista en manos de los tecnócratas.

3.- En 1992 Salinas de Gortari y Luis Donaldo Colosio enterraron al PRI de la Revolución Mexicana y lo convirtieron en el partido del neoliberalismo económico.

4.- En 1994 Colosio fue asesinado en medio de una disputa por el poder entre los tecnócratas y los políticos y el candidato final fue Ernesto Zedillo, quien entregó la presidencia de la República al PAN en el 2000.

5.- En 2018 el presidente Peña Nieto impuso como candidato presidencial del PRI al no-priísta y dos veces exsecretario del gabinete panista de Felipe Calderón, José Antonio Meade Kuribreña, y el resultado electoral colocó al PRI en el tercer lugar partidista del que no ha salido hasta la fecha.

El tránsito político del PRI lo ha colocado hoy como un aliado electoral menor de su enemigo histórico (el PAN) y del brazo del PRD que nació de la ruptura progresistas-neoliberales en 1988. el significado ideológico de la secretaria general del PRI como candidata del PAN a la gubernatura de Hidalgo resume en pocas palabras el fin histórico del PRI.

Los audios con afirmaciones estridentes del actual presidente nacional del PRI son una mera anécdota picaresca del viejo PRI, porque el deterioro interno real del partido es producto de la acumulación de conflictos desde en 1975 en que el PRI terminó su ciclo como partido político y quedó en una mera oficina al servicio de un puñado de políticos sin sentido político.

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