El PAS será la nueva oposición?

Jesús Rojas Rivera

Para académicos especializados en la investigación de Partidos y Organizaciones Políticas locales, el Partido Sinaloense es digno de un profundo análisis. No es un partido político común, tiene resultados notables construidos en una red de alianzas estratégicas, más que en votos depositados en las urnas.
Ningún partido político local en México ha logrado alcanzar los escaños que el PAS ha conseguido en su corta pero fructífera historia. Se declara un partido “demócrata” con postulados sobre: A) Igualdad de género, B) Apoyo a la juventud, C) Comprometido con la transparencia, D) Defensor del medio ambiente y E) Incluyente que repudia todo acto de discriminación.
Los partidos políticos son instituciones fundamentales para las democracias, hay escritas teóricas muy específicas para estudiar y clasificar a los partidos políticos. El politólogo francés Jean Charlot propuso analizarlos por su estructura, funcionalidad, ideología y el contexto sistémico.
Pero ¿por qué hablar del PAS en el contexto de la salida de Héctor Melesio Cuén? Si se pretende hacer un análisis serio respecto a la ruptura entre dos partidos aliados que ganaron contundentemente la Gubernatura, prácticamente 23 de 24 distritos locales, todos los distritos federales y 17 de 18 municipios, se deberá ser muy puntual en los planteamientos.
El primero es que el PAS fue un aliado que garantizo triunfos específicos en distritos que pudieron quedar en manos de la Oposición sin una alianza. Casos como el distrito 24 del sur en Rosario y Escuinapa, el 13 y 14 de Culiacán, 19 de la Cruz y 10 con cabecera en Mocorito. El segundo es que el Partido Sinaloense es un partido “bisagra” de ideología flexible, formador de alianzas temporales consecuentes a sus fines de crecimiento específico, llevado por un estratega que es al mismo tiempo su fundador y líder único.
Por su estructura: El PAS es un partido con presencia estatal apoyada en una red universitaria, con comités en los 18 municipios y capacidad de movilización en demarcaciones territoriales tan alejadas como sindicaturas y comisarías. Altamente competitivo en municipios como Cosalá, Escuinapa, Mocorito, Culiacán, Elota, Concordia y Angostura.
Por su funcionalidad: Es un partido que tendrá la posibilidad de mantener una voz discordante desde su grupo parlamentario con el Ejecutivo local. Espacio que la oposición natural PRI-PAN no ocupan por negociaciones particulares y/o divisiones internas. En los municipios con gobernantes del PAS, y en las regidurías de los cabildos las líneas de acción serán marcadas desde la dirigencia según prevalezcan los acuerdos locales, en algunos casos habrá ruptura en otros no.
Por su ideología: Seguirá siendo una institución política de identidad local, mayoritariamente representativo de la comunidad universitaria y liderazgos regionales. Se mantendrá como un partido “catch-all” o “atrápalo todo” -en términos de O. Kirchheimer-, sin una clara identidad ideológica buscará conseguir votantes por intereses específicos o de coyuntura más que por afinidad doctrinaria.
Y en el contexto sistémico: El PAS tendrá la posibilidad de articular buena parte de las alianzas electorales para el proceso electoral 2024. Con una amplia baraja para jugar de aliado de la Oposición en la continuación de Va por México, Movimiento Ciudadano o bien, del partido en el Gobierno dependiendo los acuerdos nacionales a los que llegue la dirigencia en su momento. En ese sentido, nada está escrito y todo puede suceder en el futuro, incluyendo, -por muy lejano que se vea ahora- una reconciliación con Morena y los aliados del Presidente. Luego le seguimos…

Con información de Noroeste

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