En 8 años, EU deportó a más de 2 millones de mexicanos
Érika Ramírez
Discriminación, pobreza, hacinamiento, falta de acceso a la salud, persecución migratoria, son algunas de las condiciones que enfrentan los mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos de forma indocumentada. Los llamados “héroes vivientes” padecen un miedo permanente: la deportación, que entre enero de 2013 y enero de 2022 asciende a más de 2 millones de connacionales.
Quienes han evadido el control migratorio sobreviven en habitaciones parecidas a “gallineros” en granjas de Carolina del Norte o hacinados en departamentos en Nueva York. Los sacrificios son para buscar mejorar las condiciones económicas de sus familias en México.
De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación (Segob), de 2013 a enero de 2022 los mexicanos repatriados de Estados Unidos ascendieron a 2 millones 13 mil 870 personas, un promedio de 201 mil deportaciones por año.
Los datos oficiales indican que 1 millón 813 mil 706 fueron hombres; es decir, el 89 por ciento. Y el resto fueron mujeres, con un total de 200 mil 131.
Antes de ser deportados, la mayoría de ellos enfrentaron abusos, discriminación, pobreza y falta de acceso a servicios básicos, en especial al sistema de salud. Pese a ser considerados como un ejército de mano de obra en Estados Unidos, los migrantes mexicanos viven en el atraso, comenta Baldemar Velásquez, presidente del Comité de la Organización de los Jornaleros Agrícolas (FLOC por sus siglas en inglés).
“Todavía estamos muy atrasados sobre las condiciones de trabajo, el viaje [que se hace para llegar a los campos estadunidenses], las viviendas… Todo depende si va uno contratado con una visa o si va indocumentado y, además, están mezclados con trabajares agrícolas americanos”, comenta en entrevista el líder sindical de más de 11 mil trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
Hijo de padres mexicanos, Baldemar Velásquez vivió desde niño en los campos estadunidenses. De origen texano, no habló inglés hasta después de comenzar los primeros años de primaria. En casa de sus padres se hablaba español todo el tiempo. Es el tercero de los 11 hijos del matrimonio conformado por Cresencio Velásquez y Vicenta Castillo.
“Nosotros éramos de la frontera, del Valle del Río Grande [en Texas], y migramos al norte cada año y podemos constatar que las condiciones en muchas partes no han cambiado casi nada. Cuando era niño, los rancheros [dueños de las granjas] nos ponían en gallineros como vivienda. Nos dedicábamos al corte del tomate, pepino, fruta, todo lo vegetal y no había garantías de trabajo ni se respetaba el sueldo mínimo; por el contrario, había mucha explotación”, relata el líder de los jornaleros que lleva 53 años de lucha en contra de las grandes compañías que explotan a los migrantes.
El hombre, que encabeza una batalla actual en contra de la empresa R J Reynolds Tobacco Company para que los salarios de los recolectores de tabaco sean más justos, comenta que el salario de un migrante legal y uno indocumentado puede variar en 5 dólares por hora o más.
Ejemplifica que en los campos de Carolina del Norte pagan 13.15 dólares la hora a las personas que trabajan de manera legal; mientras que los indocumentados perciben el sueldo mínimo federal americano de 7.25 dólares la hora. Incluso, expone, “los que van sin documentos en ocasiones ni los 7.25 reciben porque le roban mucho al sueldo los contratistas, los encargados, los supervisores. Hay mucho abuso, así que es una lucha inimaginable”.
La principal desigualdad que existe, añade, está en las cadenas de producción: “La principal desigualdad que existe, añade, está en las cadenas de producción. “Muchas veces culpamos a los rancheros que nos ocupan, pero ellos también venden el producto a empresas como Walmart o Costco, a las procesadoras como Campbells o la tomatera Heinz, marcas muy famosas que les pagan precios bajos en el producto”.
El fallido american way of life
De los 8 últimos años, 2013 fue el que más deportaciones registró, con 332 mil 865, cuando Estados Unidos era gobernado por el demócrata Barack Obama. Las estadísticas que lleva la Segob también indican que de los más de 2 millones de deportados entre enero de 2013 y enero de 2022, 127 mil 372 fueron menores de 18 años; de este universo de repatriados, 108 mil 170 son hombres y 19 mil 202 mujeres.
Para los menores de 18 años, 2021 fue el año en que más repatriados hubo, con 23 mil 609.
Saúl Quizet Rivera, indígena migrante indocumentado en Nueva York, originario de la Montaña de Guerrero y con nueve años de estadía en Estados Unidos, expone que quienes llegan a la “gran manzana” y quieren hacer un ahorro para el envío de las remesas, “recurren, incluso, a vivir con personas que a veces ni siquiera hablan el mismo idioma, porque los apartamentos son sumamente caros.
“Estamos hablando de 1 mil 600 dólares [32 mil 39.71 pesos] por la renta [mensual] de un departamento de dos cuartos, en el que llegan a vivir de seis a ocho personas, porque está difícil encontrar un trabajo: muchos negocios se vinieron abajo [por la pandemia de Covid-19]. Ahora, las personas están buscando volver a encontrar un empleo e irla pasando para cubrir sus necesidades”, relata.
Quizet Rivera, quien está a cargo de un puesto de flores en la gran urbe, comenta que mientras duró el confinamiento por la crisis sanitaria en Estados Unidos muchas personas no pudieron cubrir esas rentas, se endeudaron y, ahora, aparte de buscar recursos para vivir tienen que cubrir esa cuenta acumulada. “Es grande la odisea, pero la comunidad mexicana sigue tratando de tener esa fuerza, esperanza y fe”.
Saúl es uno de los promotores de la Casa del Migrante Guerrerense en Nueva York, una iniciativa que busca el respaldo de las autoridades mexicanas y así vincular a los connacionales con diferentes dependencias, de acuerdo con sus necesidades. “La identidad es muy importante para las personas migrantes y sin ella no puedes hacer nada aquí. Esa problemática se pudiera solucionar desde el lugar de donde somos originarios, por eso es también el trabajo y la lucha que llevamos haciendo acá. Ha nacido una propuesta que va dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, a nuestra gobernadora Evelyn Salgado, y a la Secretaría del Migrante, para que se cree la Casa Guerrerense en Nueva York”.
Datos de la Unidad de Política Migratoria de la Segob indican que de enero de 2013 a enero de 2022, unos 23 mil 667 migrantes mexicanos han sido “rescatados”; 1 millón 258 mil 204 recibió “asistencia social” y 1 millón 737 mil 91 requirieron orientación de las autoridades mexicanas.
Precariedad y falta de oportunidades
La doctora Judith Pérez Soria, profesora investigadora en El Colegio Mexiquense, expone que la población de origen mexicano en Estados Unidos, y sobre todo la indocumentada, tiene características socioeconómicas que la convierten en un grupo social marginado o en condiciones más precarias, en comparación con los estándares de vida de los estadunidenses.
Es importante hacer esta comparación, dice, en la sociedad donde se encuentran viviendo cotidianamente, “porque cuando los comparamos con los estándares de vida en México, efectivamente, la situación ha cambiado, pero con Estados Unidos, que es su sociedad de referencia inmediata, están ganando en esa moneda y están pagando en esos precios, encontramos una desigualdad drástica, dramática y permanente”.
Agrega que “los mexicanos inmigrantes en Estados Unidos, al igual que los procedentes de los países de Centroamérica, tienen mayores tasas de pobreza (con relación a los ingresos que reciben allá) y también vamos a encontrar menores tasas en grados educativos; es decir, escolaridad”.
Connacionales desconfían de la red consular
Rubén Ramos Muñoz, profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenta que en términos generales hay una precariedad laboral en Estados Unidos, “no sólo para los migrantes mexicanos o latinos en general, también para la propia sociedad estadunidense, porque en aquel país se está enfrentando un problema de déficit económico y social, agudizado en los últimos años y derivado del gobierno del expresidente Donald Trump y sus políticas antineoliberales”.
El también director general de Atención al Migrante y Asuntos Internacionales de la Secretaría del Migrante en Guerrero, agrega que Estados Unidos ya no es el país del famoso sueño americano al que la mayoría de las personas migrantes aspiraban. “Vemos una precarización salarial, nuestros connacionales allá viven en condiciones que no precisamente son las que ellos esperaban; en lugares que rentan con varios de los mismos amigos que viven en su comunidad de origen para tratar de solventar los gastos”.
El experto en relaciones internacionales considera que México tiene una excelente red consular en Estados Unidos [50] que debe apoyar a los connacionales. “Nuestro país es el que tiene mayor número de consulados porque se estima que hay entre 35 y 40 millones de mexicanos en aquel país, ya sea de origen mexicano que fueron a vivir allá o de ascendencia mexicana, lo que ha motivado a que las políticas que instrumenta la Secretaría de Relaciones Exteriores se fortalezcan para la atención de protección y asistencia consular”.
Agrega que “en Estados Unidos existen muchos programas para difundir que los migrantes se acerquen al consulado, sin importar su estatus migratorio; el problema es que hay desconfianza hacia la autoridad mexicana, hacia los propios consulados porque también existe desconocimiento. La mayoría de los migrantes indocumentados de nuestro país temen acercarse a las representaciones mexicanas porque creen que se les va a deportar, cuando no han comprendido que la facultad de los consulados es atender las necesidades que tenga el mexicano”.
Mexicanos repatriados 2013 a enero de 2022
Mexicanos repatriados mayores de 18 años
Protección a migrantes
Con información de Contralínea