Sinaloa: ¿Cómo cuidar a los policías de Culiacán?

Álvaro Aragón Ayala
Crear una policía especial para cuidar a los policías de Culiacán es una idea descabellada que surge en medio de la violencia y los asesinatos de agentes preventivos y de investigación de delitos. Si no es posible formar una corporación para cuidar a otra ¿Cuál es la solución para proteger a los policías y evitar que sean víctimas de atentados criminales?
La pregunta no es ociosa. Hay lecturas preocupantes en el sentido de que los agentes de Culiacán, de todos los niveles, son blanco fácil de los narcopistoleros y son víctimas de delirios de persecución o de otros traumas mentales originados por los homicidios de policías y por su constante contacto o exposición a hechos de violencia extrema.
Precisamente por estar expuestos a atentados y por su permanente trato con grupos criminales, los policías, de acuerdo a los especialistas, neuropsicólogos, psicólogos y psiquiatras, tienen altas probabilidades de desarrollar ansiedad, depresión, somatización, trastornos por estrés postraumático, delirio de persecución y otras enfermedades.
Nació entonces la idea, derivado de los crímenes de policías, de que para su seguridad deberían de portar armas de fuego en sus horarios no laborales, quizá para tener con que repeler una agresión en caso de que ocurra, sin embargo, no es la solución para escapar de un ataque delincuencial. Pero, la ocurrencia es apoyada por el presidente municipal Juan de Dios Gámez Mendívil.
Pues bien, mientras se espera que la Secretaría de la Defensa Nacional autorice la portación de armas de fuego en forma individual o colectiva a los agentes, para que, afuera de su trabajo, las traigan fajadas a su cintura, es el momento de pensar en la salud mental de los policías y como atenderlos, como llevarles atención psicológica o psiquiátrica, porque son presas del miedo y víctimas de delirio de persecución.
Es necesario proveer a los agentes de seguridad de las herramientas para prevenir y enfrentar situaciones de estrés, de resolución de conflictos, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, depresión, gestión de la ira o control de las emociones, para evitar males mayores, que ayude a la recuperación mental de todos los agentes, para conseguir un impacto directo en la atención a la ciudadanía.