T-MEC vs China: el reto que define el futuro económico de México

Claudia Juárez

México se encuentra en una encrucijada crucial en su relación comercial con China. La creciente influencia del gigante asiático en las importaciones mexicanas y su papel como segundo socio comercial del país plantean retos significativos para el desarrollo económico y la integración regional.

Mientras Estados Unidos sigue siendo el principal destino de las exportaciones mexicanas, el avance de China en sectores estratégicos exige una postura definida y una estrategia clara que priorice los intereses nacionales.

Según el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el gobierno busca fortalecer las cadenas productivas nacionales y aprovechar las oportunidades del T-MEC para aumentar el contenido nacional en las exportaciones, pero el camino hacia un equilibrio sostenible es complejo.

México debe definir una postura propia frente a China; una que le permita responder a los intereses del país en beneficio de los mexicanos, de acuerdo con Sofía Ramírez, directora general de México ¿Cómo vamos?

“Es un buen comienzo para trazar una ruta hacia la regionalización, pero falta conocer la conversación del gobierno de México con el gobierno de Estados Unidos y Canadá, y la estrategia que se seguirá con la industria nacional que utiliza insumos chinos para vender productos en México y en el mundo”, dijo.

En 2024, China fue el segundo proveedor de México con un “sólido” 20% de las importaciones, solo después de Estados Unidos que es origen de 38% de lo que se compra al exterior, pero destino de más del 80% de lo que México le manda al mundo.

La investigadora dijo a La Silla Rota que, antes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado en 1992, México le compraba a Estados Unidos cerca del 70% de lo que importaba. En ese tiempo, China aún estaba trabajando en reformas económicas internas que habilitaran su incorporación al comercio global y negociando con terceros países ante la resistencia política de las potencias comerciales.

Xóchitl Pimienta, directora de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, dijo que es indiscutible que China será un tema para la renegociación del T-MEC, y no una revisión como se tiene previsto.

“China ha estado introduciendo productos a México con el fin de pasarlos a Estados Unidos y Canadá sin el pago de aranceles con la estrategia del sello Hecho en México y eso ha puesto en alerta a inversionistas estadounidenses. Aunado a ello la inversión china en sectores estratégicos como el automotriz”, dijo.

Para el primer semestre de 2024, el comercio bilateral entre México y China creció 12.3% que aunque poco, “es importante”. “Esta relación comercial ha generado un déficit para México, en 2024 las exportaciones de México a China solo representaron el 1.68% mientras que lo que México recibe es como el 20%”.

¿Cómo llegamos al 2025?

De acuerdo con México ¿Cómo Vamos?, en 2024, Estados Unidos es origen de apenas un poco más de un tercio de las importaciones mexicanas a pesar de la vecindad e integración comercial, mientras que China alcanza ya el 20%.

Es decir, con todo y los esfuerzos de Estados Unidos por balancear su relación comercial de China, reducir el déficit y contener la transferencia de tecnología al gigante asiático; con todo y los efectos que esto tuvo en la integración de Norteamérica y la consolidación de la relación comercial entre México y Estados Unidos, en estos 30 años Estados Unidos disminuyó su proveeduría hacia México a la mitad, y China multiplicó por diez su participación en las importaciones mexicanas.

“China es la segunda potencia mundial. Es un exportador neto de mercancías, pero no de energéticos ni de cereales, así que su dependencia del exterior no es menor. Con su demanda interna creciendo y un mundo cada vez más regionalizado, China está haciendo sus propios cálculos comerciales, no solo con México, sino con toda Norteamérica”.

Según el índice de progreso social, México es parte de una región que ha visto crecer entre 18 y 30% el PIB per cápita en los últimos 30 años como resultado de la integración comercial.

“México necesita acordar con EU y Canadá los términos de un bloque norteamericano, que permita contener prácticas desleales de comercio e inversión de terceros países. Para ello, México necesita garantías de que habrá esfuerzos compartidos para seguir profundizando la Integración en América del Norte”, según México Evalúa.

Analistas económicos advierten que México está en un dilema en el corto y mediano plazo y deberá hacer una revisión exhaustiva en el 2025 con el T-MEC y ponerse de acuerdo con quién se deberá continuar asociando.

A Estados Unidos preocupa una posible triangulación de bienes chinos utilizando a México como vía de entrada a Estados Unidos, lo cual podría ser el principal tema en la próxima revisión del acuerdo comercial T-MEC en 2026.

La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, ha expresado su inquietud sobre la relación comercial entre México y China, y mencionado que podrían implementarse todavía medidas adicionales enfocadas en sectores estratégicos como los vehículos eléctricos, ya que existe una preocupación por parte de Estados Unidos por el interés que tienen empresas chinas como BYD en establecer fábricas en el país.

Al respecto, la presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que no es correcta la idea de que China está usando a México para triangular sus productos hacia Estados Unidos e informó que su gobierno tiene un plan para sustituir las importaciones chinas con bienes mexicanos.

El T-MEC ha sido beneficioso a partir del 2020 hacia México. La balanza comercial de enero a mayo, según datos del INEGI, México ha exportado desde el 2019, 189,430 millones de dólares; 149,664 millones en 2020; 193,749 millones en 2021; 229,706 millones en 2022 hasta llegar a 250,516 millones en 2023.

A China se le ha exportado desde 7,000 a 10,000 millones de dólares cada año; pero México ha incrementado exportaciones a países del T-MEC, México y Estados Unidos y se han disminuido las importaciones. Con China se han incrementado las importaciones.

De acuerdo con datos del gobierno, en julio 2024, las ventas internacionales de México a China fueron 649 millones de dólares, mientras que las compras internacionales alcanzaron 11,442 millones de dólares. Lo anterior resulta en un balance comercial de -US$10,793M.

Datos de la secretaría de Economía, señalan que la principal venta de México a China en 2023 fueron minerales de cobre y sus concentrados. Los principales orígenes de las ventas hacia China fueron Sonora, Ciudad de México y Puebla.

La principal compra de México a China en 2023 fue teléfonos, incluidos los teléfonos móviles y los de otras redes inalámbricas. Los principales destinos de las compras realizadas a China fueron Ciudad de México, Chihuahua y Jalisco.

En 2023, los estados con mayor intercambio comercial con China fueron Sonora y Puebla. Desde enero de 1999 a junio de 2024, México ha recibido un total de 2,244 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa proveniente de China, distribuidos en nuevas inversiones, cuentas entre compañías y reinversión de utilidades.

China es el segundo socio comercial de México a nivel mundial durante años consecutivos, mientras México viene consolidando su papel como el segundo socio comercial de China en América Latina.

Inversión Extranjera Directa

Desde enero a junio 2024, las entidades federativas que recibieron mayor IED desde China fueron Coahuila de Zaragoza, Chihuahua y San Luis Potosí.

Históricamente (desde enero de 1999 a junio de 2024), las entidades federativas que han recibido mayor IED desde China son Ciudad de México, Yucatán y Jalisco.

En términos de inversión, según estadísticas oficiales mexicanas, en 2023 China invirtió 151 millones de dólares de forma directa en México, por lo que el stock de inversión china llegó a los 2,452 millones de dólares. “Estas cifras reflejan vívidamente la vitalidad de la cooperación económica y comercial entre los dos países”.

La inversión china ha promovido el desarrollo mexicano en las infraestructuras de transporte, las industrias manufactureras, las telecomunicaciones, las energías tanto tradicionales como limpias y otros campos, aportando beneficios tangibles como el crecimiento económico, la mejora de las infraestructuras y la generación de empleo.

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