Operación silencio: Así el Ejército ocultó información sobre el caso Ayotzinapa

Proceso

La mayoría de la información relevante sobre la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, recopilada por el Ejército antes, durante y después de los sucesos violentos del 26 y 27 de septiembre de 2014, fue “ocultada” por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de acuerdo con el expediente sobre ese caso que fue integrado por la Fiscalía General de la República (FGR).

Conocidos por Proceso, diferentes elementos probatorios en poder de la FGR indican que, en mayo de 2022, a raíz de las reiteradas solicitudes de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (CoVAJ), la Subjefatura de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional ordenó a todas las unidades de la Sedena enviarle la “información física” que tuvieran sobre de la desaparición de los 43 normalistas. 

Esa información, que el Ejército ha negado a la CoVAJ –en los últimos meses, ya con el aval del presidente Andrés Manuel López Obrador–, fue “concentrada” y “resguardada” en las instalaciones del Centro Militar de Comunicaciones (CMC) del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional, ubicado en el Campo Militar 37-C, en San Miguel de los Jagüeyes, Estado de México, dijeron a la FGR testigos de esos hechos.

Los testimonios y pruebas documentales en poder de la Fiscalía indican, además, que la Sedena decidió cambiar todas las terminales y equipos de cómputo de los analistas de inteligencia que han procesado información del caso Ayotzinapa, para evitar que integrantes de la CoVAJ encontraran esos datos digitales en caso de que el presidente López Obrador ordenara darles acceso a ellos.

Esa información digital se almacenó en los servidores que se encuentran en las instalaciones del Centro Militar de Inteligencia (CMI), expusieron testigos a un fiscal de la FGR, quienes probablemente ahora se encuentran refugiados en otro país.

También denunciaron que el Centro Militar de Comunicaciones (CMC) ocultó información del caso Ayotzinapa obtenida de manera directa por ese organismo, que cuenta con equipos para la intercepción de llamadas de teléfonos satelitales, los cuales usaba el grupo criminal Guerreros Unidos –implicado en la desaparición de los normalistas– en los lugares de la sierra guerrerense donde no llegaba la señal de telefonía celular. 

La estrategia de la Sedena para ocultar información sobre lo ocurrido con los 43 normalistas en la llamada Noche de Iguala incluyó la adopción de un protocolo interno que establece, de antemano, lo que hay que responder ante la CoVAJ y cómo hacerlo.

Diferentes soportes documentales que tiene la FGR indican que al menos desde 2021, cuando la Sedena determinó dejar de acatar la instrucción inicial de López Obrador de entregar a la CoVAJ todos los reportes de inteligencia militar relacionados con el caso Ayotzinapa, la institución castrense acordó internamente cómo eludir la entrega de la información solicitada. 

Un memorándum interno del 4 de agosto de 2022, dirigido a la Subjefatura de Inteligencia (o Sección Segunda) del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional, indica de manera expresa lo que ya se venía poniendo en práctica en la Sedena desde 2021: que las peticiones que “son impulsadas desde diversos frentes por la CoVAJ” deben ser respondidas “en el sentido de que esta Dependencia de Gobierno (la Sedena) no realiza actividades de monitoreo o intervención de comunicaciones privadas”.

Además, señala que las respuestas deben ser “consensuadas” entre la Unidad de Asuntos Jurídicos (UAJ), la Asesoría Jurídica (presumiblemente la del general secretario, Luis Crescencio Sandoval), la S-2 (Inteligencia Militar) y “la Plataforma E.M.C.D.N.” (Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional), tras lo cual deberán ser enviadas a la CoVAJ o a la FGR “por el representante legal de esta Secretaría”, que es el jefe de la UAJ. 

Es decir, la instrucción interna a las diferentes unidades de la Sedena que han dado seguimiento a las actividades en la Normal de Ayotzinapa, a la Noche de Iguala y a la investigación del caso no fue responder con la verdad, sino con un guion preestablecido que niega que tenga más información sobre el caso y que los militares realicen espionaje telefónico.

Mensajes urgentes a DN-1 

Un gran número de documentos de la propia Sedena en poder de la CoVAJ y de la FGR corroboran que esa institución, contrario a lo que afirma, ha hecho de la intercepción de comunicaciones una parte integral de sus operaciones cotidianas y que esa práctica habría permitido a DN-1, como se denomina en la documentación militar al secretario de la Defensa Nacional (en ese entonces, el general Salvador Cienfuegos) conocer en tiempo real los sucesos de la Noche de Iguala.

Sobre todo porque DN-1 (el general Cienfuegos) había solicitado desde varios días previos al 26 de septiembre de 2014 dar seguimiento permanente a los normalistas de Ayotzinapa por los preparativos que hacían para viajar a la Ciudad de México, para participar en la conmemoración del 46 aniversario de la masacre de estudiantes del 2 de octubre de 1968 por parte del Ejército. 

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