Lea usted por qué las semaneras son una pesadilla para Rocha

Juan Manuel Partida Valdez 

Las semaneras son una pesadilla para Rubén Rocha Moya.

Puros ridículos, atoles y maromas con auto exhibidas interminables y muy a lo tarugo.

Cada lunes la increíble superación de los cinismos que la semana anterior parecían insuperables.

El gobernador más corrupto de la historia, presumiendo sin descanso que es honesto y que persigue a los corruptos.

Es interminable referir las corrupciones del gobierno estatal que han sido documentadas y probadas.

Como los más de setecientos millones de pesos en “moches” entregados a la constructora familiar “Chocosa”.

Con dos de sus hijos públicamente corruptos que han aceptado ser “aviadores” de la UAS.

Cobran sin trabajar, y papito ha dicho públicamente que ninguna corrupción hay en ello.

Y a pesar de que estas raterías en la familia del gobernador son del dominio público, ayer volvió a regalarnos el pésimo chiste de que es bien honrado.

Vea usted estas dos frases llenas de hilarante dignidad.

“El tema de nosotros es un compromiso con la honestidad y en contra de la corrupción”, y “han quedado palpablemente demostradas nuestras actitudes de frente a quienes son acusados de corrupción”.

De ese grado los ridículos.

Pero hay bastante más, como si faltara.

Le señalaron los tráficos de influencias con licitaciones que favorecen ilegalmente a funcionarios de su gobierno.

En su cara, le reiteraron los nombres de Javier Gaxiola Coppel, Secretario de Economía, y del Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Ricardo Jenny del Rincón.

Contratos millonarios para comprar autos y camionetas a empresas que están impedidas de participar.

Rocha lo sabe, pero se hace tonto para seguir siendo cómplice.

Intentó evadir estas otras corrupciones con la mentira de que no es ámbito de responsabilidades estatales, pero ante las precisiones tuvo que prometer que investigarán esos tráficos de influencias.

Falta ver si continúa con sus maromas, o si termina aceptando y cancelando contratos.

Lo anterior ya es de locos, pero le siguió la vasca al nene.

Maltrató ayer a otra periodista.

Eso que al disculparse hace días con Línea Directa dijo son “malos ratos”.

Una reportera le refirió el reclamo de textileros que se quejan por la falta de pago de la venta de uniformes escolares, y en su respuesta el gobernador le preguntó si “¿es gestora usted de ellos?”.

Grosería repetida, pues en una semanera de hace meses Rocha repudió que los periodistas sirvan como gestores o voceros de las necesidades y reclamos de los sinaloenses.

En aquella ocasión, otra colega fue regañada porque llevó la solicitud de padres de familia para atender las necesidades de un plantel escolar.

Locura tras locura, no tienen llenadera las auto exhibidas del enfermo mental que nos desgobierna.

Con el remate de que terminó la semanera, pero siguieron los ridículos.

Rubén Rocha bajó a la manifestación de maiceros, y continuó su nuevo lunes negro con un insulto contra el líder de los productores.

“Tú vienes aquí contratado” por “los de arriba” para protestar, le dijo a Baltazar Valdez.

La payasada de “yo sí tengo palabra”, ante productores que estaban ahí reclamando el incumplimiento de los pagos prometidos hace cinco meses.

La pura verdad, el título de este Altoparlante de que las semaneras son una pesadilla para Rocha.

Palabras más palabras menos, aquí, allá y acullá leo y escucho a sinaloenses expresar con morbo “a ver con qué pendejada sale el gobernador” en la semanera siguiente.

No lo veremos corregir, porque el ejecutivo estatal está convencido que todo lo hace de maravilla.

Ternurita…

UCHA UCHA, LOS DE LA DIVERSIDAD A LA LUCHA

El diputado Feliciano Castro Meléndrez declinó en sus aspiraciones para convertirse en senador, y anunció su apoyo al chaquetas Inzunza.

Aplicación del proverbio de que las mujeres pueden despedazarse, pero nunca hacerse daño entre sí.

No pregunten cómo me enteré, pero nos llegó el tip de que la mafia arcoíris acordó cerrar filas a favor del camisa rosa.

Con el aviso de que si algún diverso se atreve a respingar y a negar el apoyo, lo aruñan.

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