El engaño sobre la deuda pública

Gerardo Flores

En uno más de sus lances retóricos, el presidente López Obrador presumió el 28 de diciembre pasado una transacción que había llevado a cabo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para prepagar deuda con organismos multilaterales. Fiel a su costumbre de dar detalles parciales y hacer comparaciones a modo, señaló ufano “yo ya no estoy pensando solo en cómo terminar —que estoy seguro vamos a terminar muy bien—, sino cómo dejarle al próximo gobierno holgura.(…) Ya hicimos una reestructuración de deuda para que en el 2025, el gobierno que llegue pague la mitad de intereses de deuda de lo que nosotros pagamos cuando entramos al gobierno”.

Sin embargo, con solo echar un vistazo a los reportes de la SHCP al Congreso de la Unión, me refiero concretamente a los informes mensuales titulados “Información de Finanzas Públicas y Deuda Pública”, uno se puede dar cuenta que lo que el presidente presumió no se incrusta nítidamente en los datos que reporta la autoridad hacendaria sobre el costo de la deuda del gobierno, tanto interna como externa.

Por ejemplo, en el período enero-noviembre de 2018, el costo total de la deuda interna del gobierno fue de 232 mil 617 millones de pesos, mientras que en el período enero-noviembre de 2022, el costo total de la deuda reportado por SHCP fue de 393 mil 302 millones de pesos, un 69 por ciento más que en los últimos once meses del gobierno anterior. Por lo que hace a la deuda externa, el costo para el período enero-noviembre de 2018 fue 3 mil 735 millones de dólares, mientras que para el período enero-noviembre de 2022, ese costo se ubicó en 4 mil 737 millones de dólares, un 27 por ciento más que hace cuatro años.

Así que el costo de la deuda interna como el costo de la deuda externa se ha incrementado de manera sustancial en estos cuatro años de gobierno, y difícilmente se reducirá en forma importante. Puede ser cierto que el gobierno haya logrado reducir el monto de intereses a pagar por un determinado monto de deuda externa que estaba vinculado a ciertos bonos emitidos hace algunos años, pero es una reducción en el margen, que difícilmente alterará la tendencia que lleva el costo de la deuda del gobierno de México, sobre todo en el contexto de las mayores tasas de interés que prevalecen ahora y que se mantendrán por lo menos todo este año y parte del próximo.

Por otra parte, en esos mismos informes mensuales de SHCP también se puede constatar la evolución del saldo de la deuda, en este caso la deuda neta total, que incluye la deuda interna y la externa. Al 30 de noviembre de 2018, es decir, cuando concluyó la administración anterior, el saldo era de 389 mil 512 millones de dólares. Al 30 de noviembre de 2022, el saldo de la deuda neta total fue de 570 mil 942 millones de dólares. Es decir, en estos cuatro años de gobierno de la 4T se han agregado otros 181 mil 430 millones de dólares al saldo de la deuda neta total, casi la mitad del saldo que se registraba al momento del que el presidente López Obrador asumió el cargo.

Tomando en cuenta por un lado que esta administración rehuyó al costo político de impulsar una profunda reforma fiscal que de mayor tranquilidad sobre el flujo futuro de ingresos del gobierno federal, al mismo tiempo que distribuyera mejor las cargas para los contribuyentes, de manera progresiva desde luego, y la evolución del saldo de la deuda neta total y el costo del servicio de esta, por el otro, la declaración del presidente de que está buscando “cómo dejarle al próximo gobierno holgura” no solo suena a mala broma, sino a un mero engaño a los mexicanos.

*El autor es economista.

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