México, donde “armas circulan libremente”, le cede su infancia a la violencia: Redim

Nora Nancy Gaspar Resendiz

Niños, niñas y adolescentes perdieron la vida durante el año a causa de la violencia que persiste en diferentes regiones del país. En al menos una decena de caso los menores murieron a causa de alguna bala perdida. No obstante, cifras de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), refieren que de enero a octubre de este 2022 se registraron 692 homicidios con arma de fuego en contra de niños, niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años de edad, una cifra 5.3 por ciento mayor en comparación al mismo periodo de 2021, cuando tuvieron lugar 657 homicidios con arma de fuego en contra de menores de edad.

“En el corte último que hicimos, en octubre, solamente en este año, se han registrado, es decir, en los primeros 10 meses de 2022, se han registrado 692 homicidios con arma de fuego, de los cuales 575 corresponde a varones, niños y adolescentes varones, y 117 mujeres, niñas y adolescentes”, detalló, Tania Ramírez, directora de la Redim en entrevista para SinEmbargo.

Ramírez señaló que estos decesos reflejan la violencia que desde hace años se vive en el país que, a su vez, está fuertemente vinculada con la circulación de armas de fuego en todo el territorio nacional, mismas que ya no sólo están en las instituciones u organismos encargados de la seguridad de los ciudadanos sino en los espacios públicos y privados.

“Esto tiene que ver también con la facilidad con la que las armas se han instalado en los espacios privados y en los espacios públicos, no solamente en los espacios institucionales, que es donde tendrían que estar”, explicó la directora de la Redim, quien agregó que “hay que relacionar esto con la presencia de armas de fuego en el país, que sabemos que pese a que es algo ilegal y que contraviene muchos principios y mandatos de ley, sigue siendo una realidad creciente en el país”.

Por ello, Ramírez consideró que esta problemática “se tiene que abordar también como una crisis conjunta, la presencia de armas y la actividad, no sólo del crimen organizado sino de distintos grupos delincuenciales, bandas, pandillas, etcétera, que ante el incremento de la violencia armada, encuentran la oportunidad también para allegarse de armas”.

Una menor de edad murió por el impacto de una bala pérdida que habrían disparado elementos de la Sedena durante una persecución.
Una menor de edad murió por el impacto de una bala pérdida que habrían disparado elementos de la Sedena durante una persecución. Foto: Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo

La noche del pasado 31 de agosto el caso de la niña Heidi Mariana Pérez Rodriguez conmocionó al país. La menor perdió la vida en Nuevo Laredo, Tamaulipas, luego de que resultó baleada durante una persecución entre elementos del Ejército Mexicano e integrantes del crimen organizado.

Los hechos ocurrieron sobre la avenida 20 de noviembre, entre las calles González y Doctor Mier, de la colonia Victoria, mientras la menor se encontraba en compañía de su abuela, Adriana Aracely Rodríguez Guerra; su madrastra, Griselda Saavedra; y su hermano Kevin.

De acuerdo con el relato de la abuela de Heidi Mariana, quien perdió la vida de manera inmediata, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dispararon con intenciones de detener al vehículo, en donde presuntamente se trasladaba un grupo de la delincuencia organizada “sin importarles la presencia de otros conductores y vecinos del sector ajenos a los hechos”.

Como consecuencia del uso de la fuerza letal por elementos de la Sedena, una bala perdida impactó en la cabeza de Heidi Mariana, quien murió al instante, según informaron médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a la familia de la menor cuando la llevaron a un hospital de dicho organismo.

Los vehículos de uso militar que estarían involucrados en el asesinato de la menor, de cuatro años de edad, fueron identificados como la unidad blindada con número económico 0919071, así como dos camionetas tipo pick-up con números 0919340 y 091933.

Respecto a este hecho, el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró, el pasado 2 de septiembre, a los familiares de la víctima que se llevaría a cabo la investigación pertinente para castigar a los culpables.

En tanto, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo A.C. denunció que los responsables del asesinato de Heidi Mariana Pérez Rodríguez fueron elementos del Ejército mexicano. Ante esto, solicitó una  investigación exhaustiva e inmediata. Incluso la ONU pidió esclarecer lo ocurrido.

Sólo unos días después del asesinato de Heidi Mariana, otra niña de cinco años de edad pereció durante un tiroteo entre policías y un delincuente en Tepic, Nayarit, cuando éste, presuntamente, intentó llevar a acabo un robo a casa habitación. Una mujer, identificada como la madre de la menor, también resultó herida.

De acuerdo con medios locales, durante un operativo implementado por la Agencia de Investigación Criminal con el que se buscaba aprehender a un sujeto identificado Pedro “N”, a quien se le acusó de robo a domicilios en los que habitan personas de la tercera edad, se logró dar con el presunto ladrón cuando ubicado pasó por la carretera internacional número 15, en el crucero de Tepeltitic, municipio de Santa María del Oro.

El hombre iba a bordo de un automóvil color rojo, por lo que los policías a cargo del operativo le marcaron el alto, pero él señalado se dio a la fuga, incluso, intentó arrollar a los uniformados, lo que dio inicio a una persecución que se extendió hasta el kilómetro 189 de la misma carretera, en donde el automóvil del presunto ladrón cayó a un barranco.

Cuando los elementos de seguridad se acercaron para ayudar a los ocupantes del vehículo, el sujeto los recibió a balazos por lo que los policías respondieron a las agresiones. Durante este intercambio de balazos el presunto delincuente logró huir, sin embargo, en el automóvil también viajaban una mujer y una niña, quien resultó herida en el tiroteo.

Aunque ambas ocupantes fueron trasladadas a un hospital cercano, el personal de salud confirmó la muerte de la menor, por lo que se detuvo al policía responsable, según informó la propia Fiscalía a través de un comunicado.

En ese sentido, Tania Ramírez, de Redim, dijo que “se observa un aumento del 5.3 por ciento respecto al número de homicidios también con arma de fuego en niños, niñas y adolescentes, que fueron en su momento 657”, lo que, destacó, demuestra que la violencia es una constante en México.

“A veces estos incrementos de un año a otro pueden servir para leer coyunturas específicas, sobre todo para reforzar la idea o la mirada de una violencia frecuente y generalizada, que no sólo corresponde a períodos en administraciones como luego se dice, ‘esto sucedía antes, eso nos lo heredaron’”.

La directora del Redim apuntó que no sólo se debe considerar al narcotráfico como el único acto ilícito responsable de la violencia armada en México sino también otras formas actividades que están fuera de la Ley. “Por un lado está la operación del crimen organizado, y no sólo crimen organizado como narcotráfico sino otras expresiones de la delincuencia y de la actividad ilegal en el país, sabemos que hay estados en donde el huachicol, por ejemplo, puede estar de por medio, etcétera” lo que, agregó, está permitiendo “la presencia que las armas” en todos los espacios del territorio nacional.

La tarde del miércoles 5 de octubre fueron asesinadas 20 personas en el municipio de San Miguel Totolapan, entre ellas una menor de edad, en un ataque armado simultáneo en diferentes puntos, incluyendo el Ayuntamiento. Entre las víctimas se encontró al Presidente Municipal Conrado Mendoza Almeda y su padre, Juan Mendoza Acosta.

Los hechos ocurrieron aproximadamente a la 1:30 de la tarde, cuando el Presidente Municipal y algunos directores del Ayuntamiento sostenían una reunión en una casa particular a cuatro cuadras del Ayuntamiento. En un ataque simultáneo, los sicarios también rafaguearon en el Ayuntamiento los muros, puertas y ventanas.

Al mismo tiempo atacaron la casa del Presidente Municipal y la casa del expresidente Municipal Juan Mendoza Acosta, quien murió en ese lugar. Además, se dio a conocer que entre el fuego cruzado falleció una menor de 12 años cerca del Palacio Municipal.

El ataque, que se realizó mientras se mantenía una feria con motivo de las festividades de San Miguel Arcángel, fue atribuido por policías municipales al grupo de “Los Tequileros”, quienes presuntamente intentan regresar después de cuatro años en los que no se sabía nada de ellos.

La madrugada del 3 de octubre, otra niña perdió la vida durante un ataque armado en Zacatecas. Además, otros dos adultos, identificados como los padres de la menor, resultaron heridos. Según información de medios locales, los hechos tuvieron lugar sobre la carretera federal 23, misma que conecta al municipio de Jerez con el municipio de Fresnillo, a la altura de la comunidad Los Haro.

Los primeros reportes indicaron que la familia viajaba en su vehículo cuando fue perseguida y agredida con armas de fuego por un grupo delictivo. En el ataque, la menor recibió un impacto de bala en el cuello, mientras que sus padres resultaron heridos en varias partes del cuerpo, y aunque lograron solicitar los servicios de emergencia, la menor ya había fallecido.

Sólo unos días después, el 7 de octubre, una niña de siete años de edad murió como resultado de los impactos de bala que recibió durante un ataque armado en el mercado de abastos de, nuevamente, Zacatecas, mismo que estaba dirigido a un hombre que se encontraba en dicho lugar.

Reportes de medios locales señalan que los hechos ocurrieron la tarde de ese viernes cuando los criminales balearon a un sujeto, sin embargo, una de las balas alcanzó a la menor, quien fue trasladada aún con vida a un hospital cercano en donde más tarde falleció por el impacto de bala que recibió en la cabeza.

Con anterioridad han tenido lugar hechos similares en Zacatecas, estado que lleva meses sumergido en una fuerte crisis de violencia, en donde menores han perdido la vida a causa de balas perdidas. El 1 de agosto, por ejemplo, una niña murió como resultado de un ataque armado en el municipio de Fresnillo.

Medios locales reportan que la agresión iba dirigida a un hombre que acompañaba a la menor de cinco años de edad, los hechos tuvieron lugar en la calle Guadalupe Victoria, colonia Huerta Vieja. Según testigos, los criminales abrieron fuego contra el sujeto sin importar que estaba acompañado de la niña, quien tras el ataque fue trasladada a un hospital de la zona en donde perdió la vida.

Los expertos coinciden en que este fácil acceso ha hecho que las armas fantasmas sean una fuente creciente de armas de fuego del mercado negro en toda la región. Foto: Zeta.

Meses antes, el 19 de mayo, un niño de tres años falleció como resultado de un ataque a balazos de hombres armados también en Fresnillo, Zacatecas. Los hechos se registraron alrededor de las 18:30 horas, cuando un grupo de hombres armados ingresó a una iglesia dedicada a la Virgen de Guadalupe, ubicada sobre la Avenida Plateros, presuntamente persiguiendo al sujeto.

El niño y su madre se encontraban al interior del recinto religioso cuando los atacantes abrieron fuego. El menor fue alcanzado por uno de los proyectiles. En tanto, la madre del menor resultó gravemente herida, por lo que fue trasladada al hospital para recibir atención médica.

Ante estos homicidios que han cobrado la vida de menores de edad, Ramírez insistió en que está siendo provocado por la “presencia de armas” en todo el país, y aunque, añadió, pareciera que son daños colaterales menores, no lo es ya que las personas entre 0 y 17 años de edad son la tercera parte de la población en México.

“La presencia de armas por todos lados también está detonando [casos de niños asesinados por las llamadas ‘balas perdidas’], ya sabemos que son los menos y que son los incidentes, etcétera, pero casos como fuego cruzado, Heidi lo tuvimos hace unos pocos meses, el hecho de que haya tantas balas atravesando el aire en México hace que estas balas impacten a un grupo de población que no es menor”, dijo.

“Por supuesto que si están atravesando el aire de los espacios públicos y privados, atraviesan sus vidas y esto quiere decir que, por pensar en qué puede estar detrás de esto, la permeabilidad que ha tenido la actividad y la presencia de armas de fuego está tocado todos los espacios en donde se mueven los niños”, subrayó la directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México.

Los intentos de asalto también han sido causa de la muerte de menores en el país. La madrugada del pasado 11 de diciembre un menor de cinco años de edad fue herido, razón por la que perdió la vida, durante un aparente intento de asalto en el municipio de Esperanza, Puebla, según información de medios locales.

Los primeros reportes señalan que los hechos ocurrieron mientras el niño viajaba con su madre y el acompañante de ésta a bordo de un vehículo Mazda, modelo CX7 color vino, sobre la carretera Cuacnopalan-Cuesta Blanca, cuando delincuentes intentaron despojar a la mujer de su automóvil.

Fue a la altura del municipio de Palmar de Bravo cuando otro un automóvil interceptó a las víctimas con el fin de que detuvieran su camioneta, sin embargo, esta siguió su camino por lo que los delincuentes dispararon en contra la familia en varias ocasiones y lesionaron al menor. La madre de éste lo trasladó de manera inmediata al Hospital en Palmar de Bravo, en donde lamentablemente paramédicos le informaron que el pequeño ya no contaba con signos vitales.

El 25 de agosto otro menor de 13 años de edad perdió la vida a causa de una bala perdida en un tianguis del municipio de León, Guanajuato. Los hechos se registraron alrededor de las 9:00 horas, mientras el menor ayudaba a su abuelo a montar un puesto de venta en el lugar.

Los primeros reportes indican que los hechos tuvieron lugar en el tianguis de la colonia San Martín de Porres. Los comerciantes se preparaban para su jornada de ventas cuando sujetos armados iniciaron una persecución contra un sujeto que se escondió entre los vendedores.

Los agresores abrieron fuego contra el hombre que perseguían, a quien lograron herir, pero en la balacera también resultó herido el menor identificado como Kevin Uriel, quien pese a que fue trasladado a un hospital de manera inmediata perdió la vida.

Además, en otro hecho similar, la tarde del lunes 28 de febrero, una bala perdida le arrebató la vida a una niña de ocho años de edad durante un asalto, en el centro del municipio de Ocozocoautla, Chiapas, cuando se llevaba a cabo el “Carnaval Zoque Coiteco”.

Medios locales señalaron que los hechos ocurrieron alrededor de las 18:00 horas, mientras los pobladores se encontraban en el festejo, los delincuentes aprovecharon para asaltar una tienda de abarrotes, pero en el acto el dueño del negocio sacó un arma de fuego con la que persiguió a los asaltantes.

En respuesta, los delincuentes también accionaron sus armas, lo que provocó un intercambio de balazos, de los que uno impactó a la menor, quien caminaba por la calle a lado de su madre, pero que tras ser herida en el tórax cayó al piso.

La pequeña fue trasladada al hospital de Ocozocoautla en donde se determinó que fuera llevada al Hospital Dr. Jesús Gilberto Gómez Maza, ubicado en Tuxtla Gutiérrez, sin embargo, pese a los esfuerzos del personal de salud, murió horas más tarde.

Pero no sólo los ataques o enfrentamientos con grupos del crimen organizado son los responsables de estas muertes en menores de edad sino también el uso inconsciente de las armas de fuego.

Por ejemplo, a inicios de este 2022, en pleno festejo de año nuevo un niño murió como resultado del balazo que recibió durante dicha celebración. Los hechos ocurrieron la noche del 31 de diciembre de 2021, en Durango. La víctima recibió un disparo con arma de fuego en el cráneo, lo que lo mantuvo en estado crítico durante varios días hasta que finalmente falleció.

De acuerdo con medios locales, el niño y su familia se encontraban afuera de su domicilio cuando minutos antes de la medianoche se escucharon detonaciones de arma de fuego, casi de inmediato el menor cayó inconsciente al piso, por lo que sus familiares lo llevaron a la Cruz Roja local, en donde recibió los primeros auxilios, y después fue trasladado al Hospital Materno Infantil en donde permaneció 23 días y finalmente falleció.

El 3 de agosto, durante una fiesta patronal en el municipio de Tlapa, Guerrero, una niña de seis años perdió la vida luego de haber sido impactada por una bala perdida. Por este homicidio, las autoridades locales detuvieron a un sujeto, a quien también le decomisaron un arma de fuego.

Los primeros reportes señalaron que los pobladores se encontraban celebrando cuando uno de los asistentes a la festividad religiosa lanzó varios disparos al aire, de los cuales uno impactó a la menor, que perdió la vida de manera inmediata. Además, otra mujer resultó herida, de gravedad, por lo que el presunto responsable fue detenido y trasladado al Ministerio Público, en donde se iniciaron las indagatorias correspondientes.

Anuncio para simulacro de balacera en diciembre de 2018 en un colegio de Jiutepec, Morelos. Foto: Twitter @IdentidadMorelosCom

También la noche del 4 de diciembre, un menor de dos años de edad perdió la vida luego de que fue impactado por una bala durante una fiesta patronal en honor a Santa Bárbara que se llevaba a cabo en la ciudad de Toluca, Estado de México.

Los primeros reportes indicaron que el pequeño se encontraba con su abuela mirando los fuegos artificiales a las afueras de su domicilio, ubicado en la calle Felipe Sánchez, colonia Zopilocalco, cuando una bala alcanzó al niño.

Pese a que la víctima fue trasladada de inmediato al hospital particular de San Piago, en la calle de Humbolt, el personal de salud confirmó el deceso del menor.

El mismo 4 de diciembre, una menor de edad resultó herida al ser impactada por una bala perdida en la Alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, específicamente en el cruce de las calles Lago Chapala y Laguna de Términos en la colonia Anáhuac.

De acuerdo con los primeros reportes, la niña caminaba con sus padres rumbo a su casa hasta que una de las detonaciones de arma de fuego que se escucharon la hirió en la espalda, por lo que de inmediato sus padres la trasladaron a un hospital cercano, en donde se reportó fuera de peligro.

Por su parte, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México acordonaron la zona para que peritos realizaran las investigaciones correspondientes y determinaran de dónde provino la bala que hirió a la menor, además de desplegar un operativo para tratar de ubicar a la o los responsable de disparar el arma de fuego.

Ante estos acontecimientos, la directora de la Redim considera que el es deber del Gobierno de México seguir “robusteciendo” al Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) que, no obstante, se mantiene sin titular desde hace casi dos años. “A nivel de las políticas públicas, lo que hace falta es seguir robusteciendo el Sipinna, que no está fortalecido”, acusó.

Además, sostuvo que a nivel social “hace falta un cambio en la cultura hiperbélica e hiperviolenta que desde las familia, por supuesto que es el Estado el encargado, sobre todo cuando hablamos de cosas tan graves como homicidios y violencia armada, es el Estado y los sistemas de seguridad lo que tiene que frenar esa violencia y concretamente esos asesinatos de niñas y niños”.

“Pero la propia ley general de niñas, niños y adolescentes, prevé que la sociedad también será corresponsable, entonces, sin rebajarle un centímetro su deber al Estado mexicano también las personas, las familias, la sociedad, tenemos un deber en ir desmontando esa cultura violenta, esa cultura bélica, esos juegos violentos, construir una crianza más positiva que se aleje la posibilidad de la violencia de todos los entornos de niñas, niños y adolescentes”, añadió Ramírez.

La experta también exhortó a que se reconozca a los niños, niñas y adolescentes “como sujetos sociales en el país, como titulares de derechos, en gran medida lo que tenemos es una expresión, llevar al extremo la violencia pero una expresión del adultocentrismo en México, que es una mirada y un arreglo social mediante el cual muy fácilmente se cree que se puede, por un lado, prescindir de los niños, es decir la violencia adultista tiende a minimizar su presencia, su importancia, y eso puede tener, en combinación con ambientes violentos, como los que estamos, estos datos nocivos”, concluyó.

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