Embajada para Quirino, una burla para el gobierno español

Fausto Pretelin Muñoz de Cote

La diplomacia es el salón de usos múltiples del gobierno del presidente López Obrador.

En el salón “Solidaridad” acuden los funcionarios que tienen problemas familiares. Una de ellas es Blanca Jiménez Cisneros. La ingeniera ambiental, especialista en el tratamiento y reutilización de agua, se encontraba fungiendo como directora de la Comisión Nacional del Agua cuando le surgieron problemas familiares en Francia. Así lo explicó el propio presidente López Obrador, y acto seguido la nombró embajadora en París desalojando del cargo al reconocido diplomático Juan Manuel Gómez Robledo.

En el salón “Los cuates” acuden los amigos que han tratado bien al presidente. No hace falta explicar qué hace Isabel Arvide en el consulado de Estambul.

Al salón “Catafixia” son enviados personajes que, si bien no pertenecen a la 4T, sí han demostrado docilidad, zalamería o entreguismo ante Palacio Nacional. Quirino Ordaz actuó de manera consecuente con la operación del partido Morena para ganar el estado de Sinaloa en las elecciones de julio pasado. Los operadores priistas desaparecieron del mapa estatal previo al día de las elecciones; literal, desaparecieron, como lo señala Héctor de Mauleón en su artículo del lunes en El Universal: “Gente del cártel de Sinaloa “levantó” a los operadores electorales del PRI (…)”.

El tamaño del planeta puede ser reducido a micro niveles si se aplica aquella premisa donde la mejor política exterior es la doméstica. Bajo este ángulo la diplomacia no tiene razón de existir.

El año pasado, un funcionario de la secretaría de Relaciones Exteriores me justificaba con una palabra la molestia de un subsecretario con esta columna por lo publicado: “policy, policy, policy”. Con esta palabra exigía a esta columna limitar las críticas a las políticas publicas que teje la secretaría. Un año después, me pregunto cuál es la estrategia de política exterior del actual gobierno.

Le preguntaría al funcionario que me dijo “policy”, ¿en dónde enmarca la estrategia de enviar al gobernador de Sinaloa a España, un país con el que tenemos cuatro veces más comercio que la suma de comercio con Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Cuba? (El comercio con España en 2019 fue de 9,251 millones de dólares;  Bolivia, 242 millones; Venezuela, 383 millones; Cuba, 423 millones y Nicaragua, 1,069 millones.).

En el contexto político, enviar a España al gobernador Quirino es interpretado por el Gobierno del presidente Pedro Sánchez como una burla o agresión diplomática, luego de que no ha respondido a la solicitud del presidente mexicano sobre el perdón por lo ocurrido hace 500 años. 

En el ámbito geopolítico, España es una ventana estratégica que mira hacia la Unión Europea. No hay que olvidar que la renovación del acuerdo con los europeos ni siquiera ha sido enviado a los parlamentos de los 27 integrantes. ¿Qué pasaría si el Parlamento español lo frena por las repetidas críticas del presidente de México?

Me gustaría que Mr. Policy me comentara por qué razón el presidente mexicano no le ha dicho directamente al gobierno de Estados Unidos su intención de desmantelar la OEA. ¿Es policy? ¿O es una pregunta que los periodistas consentidos no la dirigen a la cancillería?

Esta columna lleva seis meses esperando una respuesta sobre la policy del gobierno mexicano con la Unión Europea, y a la fecha, no ha tenido respuesta. Y es policy, solo policy.

¿Cómo se sienten los diplomáticos de carrera que han sido degradados desde Palacio Nacional? ¿En dónde está la solidaridad del gremio diplomático? Se escuchan quejas en los cafés. Muchas quejas, pero el depósito quincenal bien vale aguantar tres años más.

Hubo una época en la que diplomáticos ejemplares eran enviados a Londres, París o Madrid. Hoy, la diplomacia de usos múltiples encuentra su salón estelar en las vacunas.

Suerte, señor Quirino. Saludos a Pedro Sánchez

Con información de El economista

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