La inseguridad se resiste a su destierro

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

Los esfuerzos de las autoridades policiales dan golpes contundentes a las organizaciones criminales asegurándoles numerosos pertrechos de guerra pero el punto débil ha sido la escasa detención de malandros.

Los aseguramientos que se llevan a cabo no son suficientes para disminuir los niveles de inseguridad. Los delincuentes son demasiados y dispuestos a todo. Las armas y municiones aseguradas no será suficiente para inhibir a los fascinerosos.

Está visto que las redes de protección son bastantes también y de eso están dándose cuenta las autoridades.

No son solo armas, municiones y dinero, cuentan también con una sofisticada red de túneles que se conectan con diversas viviendas y cuya longitud de los túneles alcanza los 400 metros.

Las acciones policiales y de inteligencia tendrán que seguir con las variables que incorporan los delincuentes para enervar las actividades persecutoras de las fuerzas policiales.

Los homicidios, levantones y enfrentamientos siguen ocasionando alarma en la sociedad.

La inseguridad se resiste a abandonar Sinaloa, las fuerzas del mal hacen lo posible por mantenerla.  

La sociedad debe participar en proponer soluciones o formas de participación para recuperar la movilidad social y recuperar sectores gradualmente. La violencia debe ser erradicada con voluntad y decisión. El miedo social alienta al delincuente y por ello sus agresiones las mantiene dentro de las zonas pobladas.

Los delincuentes atacan por diversos frentes. El penal de Aguaruto no es la excepción. Provocan disturbios al interior, distraen y hacen de las suyas en otras partes de la ciudad.

La guerra de pandillas seguirá. El exterminio de los grupos es la apuesta, la venganza de unos y el control del cártel del pacifico también está en la cancha guerrillera.

La apuesta social, es el triunfo del bien sobre el mal, una frase de película pero que en estos momentos se puede utilizar. 

Los empresarios se animan a participar, ya se reúnen a dialogar y a establecer estrategias para recuperar la actividad empresarial y recuperar gradualmente la paz social.

Es cuestión de tiempo, aunque todavía habrá sucesos lamentables, pero el destierro de la inseguridad es un esfuerzo de todos y no solo de las policías.

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