Contra la libertad de expresión

Julio Castillo López
En México, la libertad de expresión está siendo asediada. Desde diversas trincheras del poder, se intenta cercarla, reducirla y, en algunos casos, criminalizarla. No es un fenómeno aislado ni accidental, sino una serie de acciones sistemáticas que revelan una clara vocación autoritaria. A continuación, algunos ejemplos concretos:
- Geolocalización sin control: la #LeyEspía. Morena promueve en este momento en la Cámara de Diputados que las autoridades puedan obtener tu ubicación GPS en tiempo real sin orden judicial, sin justificación y sin límites. Convierten tu celular en un espía del Estado. No se busca prevenir delitos, sino vigilar a opositores, periodistas y ciudadanos incómodos.
- Ley Mordaza en Puebla. En Puebla, el gobierno de Morena impulsa reformas que atentan contra la libertad de prensa al permitir la criminalización del trabajo periodístico bajo el argumento de evitar la “desinformación”. Esta ley impone censura previa, amenaza con cárcel y busca inhibir toda crítica al poder incluso en redes sociales.
- Campeche: censura y persecución. En Campeche, el 9 de abril, Jorge Luis González Valdez, exdirector del diario Tribuna Campeche, fue golpeado, esposado, arrestado y hasta llevado al hospital por lesiones ya que un juez le impuso el cierre de su medio, la prohibición de ejercer el periodismo por dos años y una multa de dos millones de pesos por daño moral al director de comunicación del gobierno de Morena (y si no paga en 15 días embargo). Han cerrado cinco periódicos por lo mismo.
- Héctor de Mauleón: periodista perseguido. El columnista Héctor de Mauleón ha sido víctima de amenazas de muerte, campañas de difamación, vigilancia por parte del gobierno y medidas cautelares. Su delito: investigar y denunciar una red de corrupción, huachicol y soborno de agentes aduaneros. El Estado no lo protege, lo persigue y lejos de tutelar la libertad de expresión (y seguridad) de un periodista serio, busca censurarlo y callarlo.
- Ley de comunicaciones: intento de censura federal. Ya hubo un intento a nivel nacional de Morena por aprobar una ley que permitiera al gobierno federal intervenir y bloquear redes sociales, bajo el pretexto de combatir la “desinformación”. Una clara intención de silenciar las voces críticas en el único espacio donde aún hay libertad: internet.
- Narrativa del enemigo interno. La narrativa oficial convierte a cualquier crítico en traidor, adversario o corrupto. No hay debate, hay linchamiento mediático desde la “mañanera”. Se busca no sólo rebatir las ideas, sino destruir a quienes las sostienen… Recientemente hemos visto ataques de la presidenta Sheinbaum a los líderes de la oposición por lo que publican en redes… La presidenta está renunciando a ser jefa de Estado para reducirse a ser la jefa de partido político.
- El método de los autoritarios: Morena sigue el manual de los dictadores modernos. En Venezuela desde 2004 existe la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, y desde 2017 la Ley Contra el Odio, que establecen sanciones de hasta 20 años de prisión a quien publique en donde sea, algo que no le guste al gobierno… Entre 2013 y 2022 cerraron 60 periódicos, 285 estaciones de radio y han bloqueado 40 medios digitales. Nicaragua aprobó en 2020 la Ley Especial Contra Ciberdelitos que castiga la propagación de noticias que fomenten “alarma, temor y zozobra”… lo que eso quiera decir. En Cuba está completamente regulado el uso de internet y tiene el peor puntaje de América en libertad en la red.
La ley no es la única forma en que se censura. Mediante amenazas fiscales, retiro de publicidad oficial o presión política, se ahoga económicamente a medios críticos y se amedrenta a periodistas independientes. No se necesita prohibir: basta con asfixiar como lo hizo López Obrador. Ahora, con el laboratorio en estados como Puebla y Campeche, Sheinbaum quiere dar el siguiente paso y eliminar la libertad de expresión.
Si no le basta que una persona esté al frente de los tres poderes para ver que ya estamos en un régimen autoritario, la persecución de la libre expresión debe decirle algo.