¡Logramos la Ley Silla!

Rodrigo Cordera
No es cosa menor transitar las aguas turbulentas del legislativo especialmente cuando existe una mayoría abrumadora, aplastante y en franca soberbia. No es cosa menor que las ideas y propuestas de Movimiento Ciudadano se conviertan en leyes en este momento de incertidumbre en la república. Pues a pesar de estas condiciones logramos la aprobación de la ley silla. Es verdad que se requirió del apoyo de la mayoría aplastante, pero es también verdad que si no le entraban al tema de la dignidad laboral se hubieran visto fatal con la clase trabajadora mexicana. Es una victoria de muchas personas involucradas que quisiera también reconocer en este pequeño texto. Desde activistas digitales que nos ayudaron visibilizando esta explotación descarada, hasta personas que nos ayudaron a investigar en territorio para comprobar que había un patrón de explotación en torno a la prohibición de tomar asiento durante la jornada laboral. Pero honor a quien honor merece, y en este caso debo de agradecerle a la diputada Patricia Mercado que siempre que tengo una idea de cambio legislativo en torno a temas laborales me abre las puertas, me guía en el proceso y me enseña cómo se debe de trabajar siendo minoría en el congreso. Así logramos el aumento de las vacaciones y así logramos la aprobación de la ley silla.
Para muchos es una ley de sentido común. Una ley que jamás debió de hacerse ya que solo requería de la empatía del sector empresarial, o el mínimo sentido común al ver a sus trabajadores no poder (tenían prohibido) tomar asiento durante 8 horas diarias. Pero el sentido común no es tan común como quisiéramos. Si así fuera nuestra república gozaría de sus riquezas, tendríamos crecimiento económico y repartición del mismo de forma más equitativa. Vamos, todos sabemos que México puede y debe de estar mejor por sentido común, pero ejercemos más bien el poder de forma medieval, y vean como nos está yendo.
El espíritu de la Ley silla es simple. La nueva redacción del artículo 133 de la ley federal del trabajo queda de esta forma: queda prohibido a las personas empleadoras o sus representantes obligar a las personas trabajadoras a permanecer de pie durante la totalidad de la jornada laboral. Esto en una nuez es el gran cambio que hicimos con la Ley Silla.

Algunos empresarios andan confundidos. Siguen sin entender lo que no entienden. Pero es tan sencillo como otorgar sillas con respaldo a sus trabajadores y en el caso de ciertos trabajos en donde la naturaleza no lo permita, se tienen que organizar para tener tiempos de descanso durante la jornada laboral y poder tomar asiento para descansar.
Si usted cree que esto es un absurdo habrá que preguntarles a los movimientos laboristas de Chile y Argentina que lograron el derecho a tomar asiento durante la jornada laboral. En honor a esos movimientos decidimos nombrar a esta reforma como la Ley Silla.
Son cambios pequeños pero que les aseguro que cuando en el supermercado, en el Oxxo, en las tiendas departamentales vean a las compañeras sentadas entenderán de lo que estamos hablando.
El trabajo nos debe de otorgar una vida de calidad. El trabajo nos debe enorgullecer, por eso es tan importante dignificar nuestro trabajo. El trabajo no nos debe de generar problemas de salud física.