AMLO reconoce intervención telefónica a defensor de DH, pero dice que no es espionaje, sino inteligencia

El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció la intervención telefónica al defensor de derechos humanos Raymundo Ramos −quien acompañaba el caso de la ejecución extrajudicial de tres personas ocurrida en 2020 en Nuevo Laredo, Tamaulipas−, aunque aseguró que en su gobierno no se realiza espionaje, se hace “investigación” y “trabajo de inteligencia”.

Sin embargo, el mandatario no justificó cuál fue el objetivo ni cuál fue la base legal de la Sedena para espiar al defensor de derechos humanos.

López Obrador se limitó a decir que no existe ninguna ilegalidad y que el trabajo de inteligencia que se hace tiene como propósito conocer los movimientos de la delincuencia organizada.

“Es un trabajo de inteligencia que se hace en coordinación con el centro de inteligencia del Estado y que tiene como propósito conocer sobre movimientos, operaciones de la delincuencia organizada. Nosotros no espiamos a nadie, no es el tiempo de los gobiernos neoliberales, nosotros hicimos aquí el compromiso que no íbamos a espiar a ningún opositor”, declaró.

“No hay ninguna instrucción para que se espíe a ningún opositor ni periodista, para qué vamos a espiar, es falta de principios estar espiando”, sostuvo.

Durante su conferencia matutina, el presidente defendió la actividad del Ejército afirmando que “es mejor la inteligencia que la fuerza”.

“El instituto de inteligencia del gobierno hace investigación porque nosotros sostenemos que es muy importante hacer la investigación, inteligencia, para no usar la fuerza”, dijo.

-¿Cuál es el objetivo de espiar a civiles?, cuestionó la periodista.

“No sé, no sé. Sé que el objetivo de Animal Político, de Artículo 19, de Carmen Aristegui y Proceso es estar constantemente atacándonos, desacreditándonos”, respondió López Obrador sin argumentar la razón de por qué se espió a civiles. Por el contrario, criticó a los medios que participaron en la investigación, a quienes acusó de estar “en contra del gobierno”, representar al conservadurismo y a los corruptos.

¿Cuál es la base legal de la Sedena?, cuestionó la periodista.

“No me explicaron nada, seguramente tiene que ver con el trabajo de inteligencia que llevan a cabo los organismos encargados de hacer este trabajo. Les tengo confianza a los mandos, saben muy bien que está prohibido el espionaje, no somos iguales”.

Dijo que para él el espionaje tiene que ver con persecución política, con limitar las libertades, con amenazar, intimidar, reprimir a los opositores; mientras que la inteligencia tiene que ver con los métodos para prevenir actos de sabotaje y de crímenes “porque el Estado tiene como propósito proteger a las personas, para eso se requiere inteligencia”.

Justifica labores de inteligencia

Al justificar las labores de inteligencia que realiza la Sedena, el presidente afirmó que Audomaro Martínez Zapata, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), alertó a Omar García Harfuch, secretario de Seguridad de la CDMX, sobre el atentado que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) realizó en su contra.

“¿Saben cómo se le salvó la vida al jefe de la policía de la Ciudad de México, se llama Omar García, de esa manera, unos días antes del atentado? Inteligencia del Estado registró unas llamadas, Omar traía un carro normal, y el general Audomaro Martínez habló con él y le dijo: ‘tenemos esta información, no te confíes’ y cambió por una camioneta con blindaje”, detalló.

Uso del software Pegasus

En 2020, el Ejército usó el software Pegasus para espiar al defensor de derechos humanos Raymundo Ramos, quien acompañaba el caso de la ejecución extrajudicial de tres personas ocurrida ese año en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Un informe del Centro Militar de Inteligencia (CMI), un área secreta de la Sedena, confirma que en 2020, ya en este sexenio, el Ejército espió al defensor de derechos humanos con el sistema Pegasus.

El secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, recibió la información derivada de ese espionaje, como consta en dicho informe elaborado en 2020 por su subalterno directo Homero Mendoza Ruiz, entonces director del Estado Mayor de la Defensa, y el subjefe de Inteligencia, Conrado Bruno Pérez y usó esa información obtenida con el espionaje para influir en la investigación que la Policía Ministerial Militar realizaba sobre la ejecución extrajudicial de tres jóvenes, presuntamente cometida por militares el 3 de julio de 2020.

La información sobre el CMI y el reporte de inteligencia revelados en esta investigación, realizada por la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), Artículo 19, SocialTic, Animal PolíticoAristegui Noticias y Proceso, fueron obtenidos entre los millones de archivos de la Sedena hackeados por el grupo Guacamaya en octubre pasado.

Los calificativos contra la prensa 

López Obrador no dejó de lanzar calificativos contra los medios y organizaciones que publicaron la investigación; los acusó de ser conservadores y de derecha.

“El periodismo de ustedes no está cerca del pueblo, está al servicio del poder, de la oligarquía de los que se sentían dueños de México y quieren regresar por sus fueros, ustedes son pieza clave de ese grupo conservador, corrupto, que le hizo mucho daño al pueblo de México ya la nación, nosotros nunca vamos a estar en contra del periodismo”, aseguró.

“Todos los días nos atacan, no hay objetividad, no hay profesionalismo, es una prensa tendenciosa, vendida, alquilada al servicio de los corruptos, por qué les vamos a hacer el caldo gordo a ustedes (…) Ustedes no van a poner la agenda”, respondió cuando la periodista le preguntó si el general Audumaro Martínez podría acudir a la mañanera para explicar la base legal del espionaje y la compra de Pegasus.

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