¿MIAU?

Jorge Eduardo Aragón Campos       

Para AMLO, la consulta del domingo no fue un fracaso sino algo infinitamente más perjudicial, al menos en política: fue un error. Lo que en verdad se demostró, es que el presidente perdió el piso desde hace tiempo y su abordaje sobre la realidad mexicana parte de premisas falsas. No es un fenómeno nuevo ni raro aquí en México, ocurrió con Echeverría, con López Portillo, con Fox y con Calderón, por mencionar algunos casos: todos cayeron en el intento de tragar lumbre, encandilados por sus propios fuegos de artificio. Lo malo para el presidente es que reveló su fórmula secreta cuando apenas está a la mitad de su mandato, lo cual podrá prestarse para discutir si es bueno o malo para él, pero para todos nosotros que estamos en medio de una vorágine que no ocupo explicarles, eso no es para nada bueno y no lo vamos a arreglar diciendo que “yo en política no me meto”.

Vamos dándole por buenos los 7 millones y medio de votos recibidos, hagamos lo mismo con la tendencia que lleva el resultado y que anticipa un 90% a favor del sí; dado el galimatías que logró crear AMLO, no puedo asegurar que quizá pretendían lo contrario: el triunfo del no. Por lo mismo centrémonos en que lo pronunciado del sesgo nos da la materia de que está hecho ese resultado: su voto duro. El faltante para los 30 millones que le atribuían ya no son de él porque nunca lo fueron. Cualquiera que anda en este negocio sabe por experiencia que nunca se miente tanto como cuando se va de pesca o cuando se afirma con cuantos votos se cuenta. En toda negociación política esa es siempre la gran pregunta ¿Qué tanto exagera éste? Esa exageración da el diferencial que representa la utilidad, es la tajada de “plusvalía” (patrimonio político) que cambia de manos y a decir verdad, AMLO gozaba de una tasa de rendimiento que ya quisiera cualquier banco poder ensartársela a sus clientes de tarjeta de crédito.

Tuvo avisos en la elección de este 6 de junio, el mismo se encargó de que lo supiéramos con sus declaraciones, a la luz de los despidos y los cambios que hizo en el nivel de sus principales operadores políticos; la narrativa que construyó a ese respecto fue transparente (o sea que nada más cuando le conviene…): los resultados no fueron satisfactorios, no era lo esperable partiendo de que este gobierno cuenta con 12 millones de beneficiarios en sus programas de apoyo social. Hasta ahí, su capital seguía intacto pues reforzaba el consenso que ya existía en torno a su magnitud y por ende a su fuerza ¿Qué tantos votos más tendrá ahorita?

Estábamos haciendo la pregunta al revés.

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