La estrategia neoliberal: dividir a Cuén y Rocha rumbo al 2024   

Álvaro Aragón Ayala 

Con la idea de ir construyendo “candidaturas opositoras” digitales o de papel, estrategas del PRI-PAN-PRD instalaron en Sinaloa la “Operación 2024”, eminentemente neoliberal, con la que intentan imponer la agenda de comunicación, generar incertidumbre, “ambientar” o inventar choques o divisiones entre los funcionarios estatales y desacreditar al gobierno de Rubén Rocha Moya. 

Estrategias similares desarrollan en otras 16 entidades en poder de Morena y en la ciudad de México gobernada por Claudia Sheinbaum. La carpeta política del PRI-PAN-PRD, predominantemente “comunicativa”, es una medida urgente para “construirle fallas al gobierno” y sobre ellas rescatar y posicionar mediáticamente figuras políticas o empresariales ante la virtual cadaverización del PRI, los tropiezos del PAN y la pulverización del PRD. 

Las elecciones del 6 de junio dejaron al PRI-Sinaloa en “estado zombi” y quienes se visibilizan, apoltronados en el edificio estatal del tricolor o en el Congreso Local, no constituyen un “ente opositor” a Morena-Rocha ya que abrevan de intereses particulares, no partidarios ni ideológicos, pegados al cómodo proyecto mercantil del ex mandatario priista Jesús Aguilar Padilla, aliado del gobernador Rubén Rocha Moya.    

El PAN vive una etapa de crisis existencial. La división panista impide el rescate del blanquiazul y la reivindicación de personajes que en un tiempo le dieron vida y gloria a este instituto político. El PRD perdió el rumbo y sepultó su ideología para ubicarse a un costado de la derecha reaccionaria. El perredismo se mueve como rémora y apuesta una vez más a la subsistencia, colgado del PRI y del PAN.   

En ese escenario adverso, los estrategas del PRI-PAN-PRD mueven el tablero. La jugada, primero que nada, es recrear un “estado de choque”, división e inconformidad entre Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda, cuya alianza, Morena-PAS, hizo posible sacar al PRI de Palacio de Gobierno. Les urge “aislar” o alejar a Cuén de Rocha para sumarlo a la causa neoliberal rumbo al 2024. Las maniobras que han usado son de kínder. No han funcionado. 

Sin lograr aún lo fundamental que es dividir a Rocha y Cuén, los estrategas direccionan el plan de comunicación para intentar primero “filtrarse” a las actividades diarias del gobernador y “orientar” su ejercicio de gobierno con ataques directos o recomendaciones y, posteriormente, tomar por asalto la agenda informativa y de comunicación con temas que generen confrontación y el demérito del mandatario estatal. 

La estrategia de comunicación que, en sí, en lo esencial, busca retorcer escenarios y “picar pleitos”, es hasta ahora una de las alternativas con las que opera el PRI-PAN-PRD rumbo a las elecciones del 2024. Sin embargo, si bien es cierto que las “candidaturas opositoras” se nutren en gran medida de los conflictos en el seno del grupo gobernante, las confrontaciones no son unidireccionales ya que a cada acción corresponde una reacción. Van de ida y vuelta. 

La dinámica de comunicación polarizante del PRI-PAN-PRD ha encontrado pocos espacios para la maniobra en Sinaloa porque los periodistas entienden que es una jugada por la sucesión 2024 sin soporte ni punto de desembarque. No se necesita mucha capacidad de análisis para darse cuenta de que quienes intentan convertirse en “polo aglutinador” quedaron marginados tras la derrota del 2021.  

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