La “delicadeza” de Feliciano Castro ante corrupción en la ASE

Álvaro Aragón Ayala 

La titular de Auditoría Superior del Estado es considerada, paradójicamente, el principal obstáculo para combatir a fondo la corrupción, por lo que es urgente y de obvia resolución destituir inmediatamente a Emma Guadalupe Félix Rivera. De su separación del cargo depende el cabal ejercicio de “no mentir, no robar, no traicionar” postulados por la Cuarta Transformación.   

Sospechosamente, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local, Feliciano Castro Meléndrez, demuestra una “delicadeza” exagerada ante la permanencia de Emma Guadalupe Félix Rivera en la ASE, lo cual desata dudas sobre su posición en torno a la demanda de los diputados de Morena, que exigen la dimisión de la auditora. 

El cese de Emma Guadalupe Félix Rivera es una necesidad política para sacudir o acabar con la percepción de que podría ser el gobernador Rubén Rocha Moya quien la sostiene en el cargo obedeciendo un pacto de impunidad a favor del ex gobernador Quirino Ordaz Coppel. La versión la han hecho circular los quirinistas.    

Efectivamente. La estancia de Emma Guadalupe Félix en la ASE es atribuida por el priismo a un pacto fraguado por Quirino Ordaz Coppel en el Tercer Piso del Gobierno Estatal ofreciendo la lectura de que los diputados del Congreso Local no se actuarán contra la auditora sin la instrucción del Ejecutivo Estatal. 

Esa versión quirinista impacta negativamente en la imagen de Rubén Rocha porque puede crear las condiciones para culparlo de encubridor de los actos de corrupción de Quirino. La sola idea sembrada ya en los círculos políticos de medio y alto nivel ofende al gobernador interesado en que sea el Congreso Local, la ASE, la Fiscalía Anticorrupción y la secretaría de la Transparencia y Rendición de Cuentas, quienes trabajen en el combate a la corrupción en el ámbito de sus competencias.  

El diputado del PAS y presidente de la Mesa Directiva del Congreso Local, Gene René Bojórquez Ruiz, encauzó una iniciativa de reformas a la Ley de la Auditoría Superior del Estado, que facilitaría la salida de la auditora Emma Guadalupe Félix Rivera y el procesamiento de demandas penales y administrativas contra quien obstaculice al interior de la ASE el combate a la corrupción. 

Entre los puntos de la iniciativa del PAS destacan como causales para la remoción del titular de la ASE: 

-Aceptar la injerencia de partidos políticos en el ejercicio de sus funciones. 

-Obstaculizar el trabajo de la Unidad Técnica de Evaluación. 

-Omitir la presentación de denuncias o querellas ante las autoridades correspondientes, cuando tenga conocimiento de conductas que puedan ser constitutivas de un delito. 

-Abstenerse de dar cuenta de las promociones de responsabilidad administrativa a los órganos internos de control cuando detecte posibles fallas, aún y cuando no sean graves. 

-No substanciar el procedimiento por las faltas administrativas graves, cuando de la investigación se hubiera determinado la existencia de las mismas. 

-Reducir de 120 a 90 días el periodo para dar respuesta a los entes públicos sobre las solventaciones presentadas a la ASE. 

-Disminuir, del mismo modo, de 30 a 7 días el periodo para que la ASE presente al Congreso del Estado el informe derivado de dichas solventaciones. 

-Establece los criterios mínimos a considerar por la comisión de Fiscalización, al momento de emitir el dictamen correspondiente en torno a la aprobación o no de una cuenta pública determinada. 

Pese a que la iniciativa de reformas a la Ley de la ASE es de alto calado y a que las omisiones y simulaciones de Emma Guadalupe Félix Rivera han sido denunciados por diputados de Morena y el PAS, el presidente de la JUCOPO, Feliciano Castro Meléndez, ofreció una declaración “frágil”, volátil, en torno a las modificaciones a la ley y al desempeño de la auditora, posición que despidió el olor del importamadrismo. 

“Es necesario que en tiempos de cambio se propicie una nueva opinión pública, sustentada en la objetividad para generar una nueva reflexión”, dijo y se negó a hablar en particular sobre la gestión de la titular de la ASE. “Mi opinión, de manera genérica es que debemos darnos a la tarea de fortalecer la fiscalización restituyéndole al Congreso las facultades socavadas en otros momentos. La evaluación concreta de la Auditora lo vamos a hacer en su momento”, expuso. 

Castro Meléndez incomodó a la fracción parlamentaria de Morena, la cual no está dispuesta a que crezcan los rumores de que solo funcionan como “tentáculos” del gobernador. Los legisladores se niegan a avalar o certificar la permanencia de Emma Guadalupe Félix Rivera en la ASE, cuyo desempeño es calificado como corrupto al proteger al ex gobernador Quirino Ordaz Coppel simulando o manoseando las auditorías.   

La Auditoría Superior del Estado fue confeccionada por los gobernadores del PRI, en confabulación con los diputados priistas, para ocultar peculados y toda clase de latrocinios. El andamiaje jurídico-legal y la estructura humada de la ASE permite proteger a los ex gobernadores y ex alcaldes sobre quienes pesan acusaciones de rapiñaje del dinero público y enriquecimiento ilícito y de haber usado los recursos que se pusieron a su disposición para beneficiar a sus amigos, familiares y compadres.   

La programación de las auditorías y el mecanismo de las revisiones anuales otorgan a los funcionarios públicos dos y hasta cinco años de gracia para que comprueben gastos o solventes observaciones. La ASE fabrica documentos para evitar que se detecten peculados y otros ilícitos, cuando su responsabilidad es proceder contra las autoridades corruptas y contra todo aquel que haya hecho mal uso de los recursos públicos.   

La actual ley de la ASE requiere de modificaciones para poder que se ataque la corrupción que se anida al interior y exterior de la Auditoría, necesita contar con articulados para acotar los plazos de las revisiones contables y de precisiones legales para acabar con las auditorias “patito”.   

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