Revueltas y la locura brujular; no izquierda sino socialismo

Carlos Ramírez

Ahora que todos, lo que se dice todos, hace fe de su convicción de izquierda, aquí se recomiendan como lectura de fin de año los tres tomos de ERA con las Obras Políticas de José Revueltas, quien en 1962 reveló la inexistencia histórica del Partido Comunista Mexicano como partido de la clase obrera.

El populismo y el liberalismo se han olvidado de que la izquierda es un mito genial y una coartada inofensiva y que la salida se encuentra en el socialismo revalidado. En 1977, en su entrevista con Julio Scherer García para Proceso, Octavio Paz afirmó que el socialismo era “la única salida racional de Occidente”.

Los tres tomos de la Obra Política de Revueltas proporcionarían una lectura política de la coyuntura actual para superar el conflicto real entre neoliberalismo y populismo: el socialismo como el fantasma que sigue recorriendo Occidente. Y la relectura en clave actual de sucesión presidencial del 2024 tiene en su ensayo México: una democracia Bárbara (1958) un referente superior que la dinámica mediática de la estridencia actual ha olvidado.

Ante la sucesión presidencial de 1958, Revueltas afirmó que la disputa política era irrelevante porque las definiciones sistémicas parten de la correlación política determinada por las clases en el sistema productivo en pugna. En este sentido, Revueltas afirmó con contundencia: “la única clase llamada a hacerle al Gobierno revolucionario una concurrencia política es aquella que también viene a ser la única que puede hacerle la concurrencia económica a las clases poseyentes que el gobierno y su partido de Estado representa”. E identificó la alianza de clases productivas que determinaban el funcionamiento real del sistema político priísta: industriales, terratenientes, capitalistas financieros, negociantes en el mercado de importaciones y exportaciones, agricultores beneficiarios de los sistemas de riesgo.

En la edición de 1983 de su ensayo aparece una segunda parte que también contribuye en actualidad a explicar los escenarios tramposos de las élites políticas disidentes. Son siete textos referidos a Vicente Lombardo Toledano y su propuesta revolucionaria y socialista de una alianza histórica entre la izquierda marxista y la burguesía nacionalista mexicana, modelo que adquirió el perfil de categoría como lombardismo y que explicó la alianza del PRI con la derecha en el largo período post revolucionario, populista y neoliberal y que se dibuja reconstruido en la propuesta de la 4ª-T.

Ante el 2024, El PRI se dice de centro izquierda, la ministra conservadora Olga Sánchez Cordero se asume de izquierda, Salinas de Gortari se formó en el maoísmo universitario y terminó llevando a México a la derecha neoliberal, los cuatroteístas también se autodenominan de izquierda, los dos principales precandidatos dicen de sí mismo que son de izquierda y el PAN de Creel y Cortés quiere pactar con la izquierda morenista, y en esa locura brujular a la que se refería Revueltas solo el PRD dice que ya no es de izquierda sino socialdemócrata en la versión neoliberal de mercado.

El PRD cardenista en 1989 destruyó la única opción socialista que existía y subordinó los despojos del Partido Comunista Mexicano a una ideología priísta falsamente cardenista y llevó el pensamiento socialista al territorio del populismo asistencialista. La falta de una opción política socialista –inclusive en modo democrático– explica la profunda crisis ideológica que padece México desde 1989 con la desaparición del PCM aún en sus contradicciones ideológicas.

La relectura de la Obra Política de Revueltas sería la única salida racional a la crisis de pensamiento ideológico mexicano que se agudizó con la negativa de Morena a explorar las posibilidades todavía existentes del socialismo como eje ideológico de un nuevo modelo de desarrollo con distribución de la riqueza social. La advertencia de Revueltas sigue vigente: los cambios políticos se deben dar en la correlación productiva de clases y no en la disputa de cargos públicos para conducir un Estado que hoy sigue siendo dominado por los intereses de los grandes capitales y que solo ha arrojado una concentración de la riqueza que acaba de recordar el INEGI: el 20% de las familias de la clase alta tiene el 50% de la riqueza, en tanto que el 80% se reparte el otro 50%.

Revueltas puede ayudar a racionalizar el debate actual que se encuentra en el umbral de la locura ideológica.

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