La Ley de Hilados y Tejidos y el gabinete estatal

Álvaro Aragón Ayala 

Si el artículo 14 de la Ley de Hilados y Tejidos a la letra dice que el hilo se rompe por lo más delgado, en el gabinete de Rubén Rocha Moya lo más delgado podría ser la falta de experiencia en el ejercicio de la función pública, la planeación, operación y administración de personal para echar a andar los programas estatales o bien el rompimiento del Código de Ética o de Integridad de la Función Pública. 

Como factores que rompen el hilo y provoquen la renuncia o el cese al cargo de funcionarios podrían sumarse el encono, las grillas y las murmuraciones. No es remoto que integrantes del gabinete dimitan si perciben que cuelgan de alguna delgada cuerda que no los habilita a plenitud realizar su quehacer gubernamental. O que tomen ese argumento como pretexto en caso de no dar el ancho. 

Los hilos también podrían “reventarse” por las presiones palaciegas y los celos y las ambiciones, todo depende del tipo de hilo o tejido con el que Rocha Moya confeccionó el gabinete. Las zancadillas son de natural aplicación en un conjunto o equipo de personas disímbolas.   

Entre los personajes que integrarán su gabinete hay quienes le atribuyen, desde el exterior, a equis o zeta personaje, cualidades no comprobadas en el ejercicio de la función pública o bien fortalezas que se derivan únicamente de la simpatía o el “apareamiento periodístico”. O de las complicidades tejidas en pasadas campañas electorales.  

Pero hay que ser fríos en el diagnóstico: los 13 personajes, 7 hombres y 6 mujeres, que integrarán el gabinete estatal no son súper sabios o súper sabias o prohombres o promujeres. Son, como ya quedó claro, seres de carne y hueso, con debilidades y fortalezas, en los que descansa el proyecto rochista de rescate y transformación de Sinaloa. No serán súper funcionarios, solo funcionarios a secas o el recurso que definirá las nuevas reglas del juego y la relación gobierno-gobernante.   

Rubén Rocha Moya precisó que la designación de los integrantes de su gabinete será para los seis años de la administración gubernamental, aunque reconoció que, en el trayecto, pudieran presentarse circunstancias de interés para los funcionarios que pudieran hacerlos asumir nuevas responsabilidades, pero, el objetivo es el de que le ayuden a gobernador durante todo el periodo constitucional. 

Dijo que ha integrado un gabinete para seis años y que cada secretario va a administrar no solo sus competencias, sino que también pueden surgir oportunidades mejores para ellos, para sentirse mejor ubicados, atendiendo sus pretensiones profesionales y “a la mejor en el camino me dicen muchas gracias”.  

El gabinete de Rocha Moya lo integran activistas o luchadores sociales, políticos que decidieron abrazar los postulados de la Cuarta Transformación, un ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, médicos y ex funcionarios federales. La mayoría, no todos, carece de experiencia en el quehacer gubernamental. No han operado o liderado esquemas o proyectos de gobierno ni municipal ni estatal.  

Desconocen que se tienen que someter a las Reglas o al Código de Integridad para el Ejercicio de la Función Pública, que estatuye la aplicación de sanciones administrativas y hasta el cese a los servidores públicos por los actos u omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban observar en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones. 

Quienes integran el gabinete deben entender que la tarea fundamental del quehacer gubernamental se centra en el diseño, la gestión y la evaluación de las políticas públicas; que éstas se desprenden de la agenda pública y son soluciones específicas a las problemáticas que más aquejan a la ciudadanía. 

El ejercicio gubernamental eficiente, de alto calado, no es valorado por el discurso rimbombante o demagógico, no por el activismo social en tierra o la toma de una oficina gubernamental, no por un artículo periodístico hiriente o el insulto público a tal o cual personaje; se mide con resultados, dándole resultados a la sociedad, solucionando los problemas que afectan a la ciudadanía. 

En la Ley de Hilados y Tejidos hay artículos que determinan las acciones u omisiones que rompen los hilos: la ineficiencia, la grilla, la inexperiencia para el desarrollo del cargo, la corrupción, etcétera. Las expectativas que la ciudadanía tiene del futuro gobierno rochista son muy altas. Es momento, entonces, que los integrantes del gabinete demuestren sus capacidades y talentos. El nuevo gobierno entra en funciones el 1 de noviembre… 

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