Movimiento del 68 impulsó los derechos de la ciudadanía: Rodríguez Araujo

Sin ser un movimiento partidario y tampoco organizado –no estaba institucionalizado-  el movimiento estudiantil de 1968 transformó el sistema político, social y cultural de la ciudadanía mexicana, aseguró el doctor Octavio Rodríguez Araujo, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM). Ello, en el marco de la conmemoración a los caídos de  la Plaza de las Tres culturas de Tlatelolco en 1968.

El doctor Rodríguez Araujo agregó que el movimiento creó una conciencia y dejó un legado que se conserva actualmente: “fue un parteaguas en la historia de México” que cambió la estructura de la familia, la visión de jóvenes y adolescentes e impulsó la liberación sexual.

Asimismo instrumentó el consejo técnico paritario, la representación de los estudiantes del Consejo Universitario y las materias de humanidades en los planes de estudio en carreras como ingenierías, ciencias y medicina.

A pesar del “régimen de terror y de persecución política que se vivía” en el país (con el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz), secciones sindicales, estudiantes universitarios y la sociedad civil mexicana –trabajadores y la clase media– se sumaron al movimiento y participaron activamente a nivel de lo que en ese entonces era lo posible, logrando la libertad de expresión y la contribución a la democratización de México, indicó el investigador.

De acuerdo con la M68 Ciudadanías en Movimiento: “el movimiento estudiantil fue decisivo para impulsar un ciclo de movilizaciones que han logrado conformar un patrimonio de derechos individuales y colectivos, así como consolidar a la ciudadanía como una fuerza de transformación política y social”.

Por su parte, Fernando Lozano Ascencio, presidente del Consejo de Dirección del Campus Morelos, de la UNAM, indicó que la influencia del movimiento transformó la manera en la que se movía el país, “conformó otra identidad, otra forma de hacer universidad y educación”.

“El movimiento del 68 si cambio muchas cosas, no era un partido ni un movimiento realizado, era un movimiento que fue creciendo en la dialéctica de la vida concreta, en cada circunstancia”, puntualizó Rodríguez Araujo. (Andrea Gómez)

Con información de Contralínea

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